Yo Campesino

País en ruinas

• Aunque se vaya la destrucción de instituciones, economía y unidad está hecha

Miguel A. Rocha Valencia

En medio de la peor crisis transexenal el ganso volvió a la palestra para presumir sus “logros” y afirmar que, a pesar de la violencia, cientos de miles de muertos y el creciente ejército de pobres laborales, hoy México es mejor y se consolidará como un país justiciero, aunque el futuro inmediato sea incierto.

Así ante un país convulsionado protestas, divisiones, amenazas, despojos, violaciones a la ley y una creciente corrupción que alcanza todos los niveles del actual gobierno y la familia presidencial, el profeta de la 4T presume una serie de obras, pero olvida que, por la cancelación de una sola, México perdió años de progreso, confianza internacional y oportunidades de desarrollo a nivel global.

A cambio nos deja montados en la más onerosa inflación que causa que millones de compatriotas no tengan lo suficiente para comprarla canasta básica y que al menos millón 200 mil se fueran en el sexenio al extranjero en busca de seguridad y oportunidades de vida ya sea con empleo, estudio o al menos tranquilidad.

Igual insiste en una justicia social mentirosa pues ante el alza dogmática y demagógica de salarios y reparto de dinero gratis para comprar el agradecimiento popular con la cual según dice 10 millones de mexicanos salieron de la pobreza y logró la continuidad de su proyecto sin pies ni cabeza, pero oculta que eso nos cuesta alcanzar una deuda histórica equiparable al 50 por ciento del Producto Interno Bruto, un endeudamiento adicional a siete billones de pesos y el pago de intereses por arriba de los 650 mil millones de pesos anuales.

Nos deja confrontados por sus presumidas y sesudas propuestas de reforma que simplemente revelan el nivel de su espíritu vengativo y que, sin medir consecuencias, destruye o somete instituciones que dejan su autonomía en el basurero de la historia incluyendo a quienes las encabezan y se prestaron mediante chantajes y vergonzosas “compras-ventas”, a los designios del caudillo de Tepetitán.

Rodeado y aplaudido por sus súbditos el ganso de Macuspana dice que se va a la Chingada, pero se queda en el gobierno; enumera el traje a la medida de su Maximato colocando a la más fiel de sus seguidoras para obedecerlo en todo incluso para soportar que en público la corrijan y le enmienden la plana.

Porque las reformas van, no importan los conflictos internacionales. Se olvidan los cuatroteros y su sumo sacerdote que para los socios no hay doctrinas y que la amistad se mide por el grado de conveniencia que bisnes are bisnes y que el dinero no tiene patria sino intereses.

Ese es el sentido que parecen no entender el macuspano y la científica de los mensajes “injerencistas” que pausaron la relación del aún machuchón con los embajadores de Estados Unidos y Canadá, nuestros principales socios comerciales y mereció el grito de auxilio que respondió China convertida en esquirol del comercio internacional y donde la exjefa de gobierno de la Ciudad de México estableció fuertes lazos económicos con la compra de todos los trolebuses y más, negocio de muchos miles de millones de dólares.

Pero lejos de pasar a lo anecdótico, el peje-lagarto insiste en violentar las relaciones internacionales, patear el pesebre de más de un billón de dólares anuales de intercambio comercial y origen del mayor volumen de la deuda e inversión para con ello intentar seguramente, llevarnos a una crisis. Provocador de cantina dirían unos.

Más que informe fue otra mañanera para presumir y exhibir que no pudo con la corrupción la cual se institucionalizó en su gobierno donde pasó a ser de jefe de Estado a líder de una pandilla, la 4T, con complicidades en lo más oscuro del crimen organizado y que las componendas que habría de castigar, se fueron sin respuesta mientras la violencia se llevó a más de 197 mil mexicanos más cerca de 52 mil desaparecidos.

Pareció que el mandamás planteaba su plataforma de gobierno, el marco legal a la medida de su proyecto, del cual es la encarnación y por lo tanto, no habrá de dejarlo y aunque se diga no, la verdad nos asomamos a un Maximato en el cual todo el cártel de la 4T está de acuerdo.

Pareciera sutil, pero es grosero el tema, tan grotesco que pareciera increíble, pero todo está dispuesto para preguntarse ¿Quién manda? Y contestarnos: el ganso, de so no hay duda y cuidado si la corcholata presidencial se atreve a desviarse o tratar de matizar las ordenanzas que le dejan con todo y mensajeros, incluyendo en difusión.

Hasta en eso está todo previsto: están los incondicionales enclavados en la estructura de la “nueva” administración incluyendo el Congreso donde estará siempre la amenaza de revocación de mandato no por incapacidades sino por desobediencias, desviaciones o iniciativas personales de quien habrá de sentarse en la silla que vuelve locos. No va a soltar el poder.

Por eso, aunque el ganso se vaya a La Chingada, su trabajo está hecho y fue destruir instituciones, economía y hasta la poca unión entre los mexicanos

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