¡Viva el Rey!
• Convencido de su destino manifiesto el ganso construye su trono de horca y cuchillo
Miguel A. Rocha Valencia
Todo hace ver que el ganso no soltará el poder; sus reformas tienen como fin consolidarlo y convertirlo, por él o a través de un pelele en un señor absoluto, juez de horca y cuchillo que lo mismo condena sin pruebas que ahora, con la capacidad jurídica de perdonar al peor pecador y disponer a su gusto del dinero público y privado.
Las recientes reformas aprobadas por los lacayos legislativos reflejan dos cosas a primera vista: el profeta no da señales de querer irse a la Chingada pues continúa construyendo la plataforma de su reinado y que tiene un control absoluto sobre sus huestes incluyendo la corcholata presidencial. Nadie se le pone enfrente ni le disputa el control de la 4T.
Hoy ya casi convertido en señor absoluto, no sólo controla los dineros públicos y parte de los privados para destinarlos a lo que se le dé la gana más allá de la Ley de Ingresos y del presupuesto de Egresos gracias no sólo a modificaciones legales de sus súbditos disfrazados de congresistas sino simplemente porque le da la gana incluso tomando dinero que debía entrar a la Tesorería de la Federación para asignarlos a lo que él decide.
Lo de las afores, es otro zarpazo porque ya no tiene de dónde sacar, se acabó los 360 mil millones del fondo de contingencias, dispone de los ingresos petroleros, de los recursos que capta o copta el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, se despacha fideicomisos incluso privados como los de los trabajadores del Poder Judicial y ya sin otro pozo para sacar se va sobre el ahorro de los trabajadores.
Pero además como buen reyezuelo se adjudica no sólo el poder de ofender y acusar sin pruebas a quien le da la gana incluso revelando ilegalmente datos personalísimos, sino que además en su magnánima personalidad hoy concentra lo que ha otorgado a los corruptos de la 4T, el perdón de culpas sin necesidad de litigio ni reclamo.
Y por si fuera poco por la vía menos ortodoxa logra asumir funciones de Poder Supremo al eliminar la posibilidad de amparo frente a arbitrariedades del Ejecutivo con aquello de “interés nacional” o de obra público que le importe. Nadie ya podrá desafiarlo ni obligarlo a no violar la ley cuando alguien se inconforme o sea víctima de una arbitrariedad.
Así las cosas ¿Quién podrá detenerlo?, ya ni siquiera la oposición logra evitarlo en el Senado donde de plano Ricardo Monreal se descara y traiciona sus entorchados de jurista tal vez aplastado por las delicias del poder y el dinero del cual goza junto con hija, hermanos y al menos una veintena de parientes. Qué bueno que prefirió ser nada.
Toda la mesa está servida, tiene el caudillo el control del Congreso, de todo el dinero presupuestal y si ya logró pellizcar a las afores, por qué no las cuentas de ahorro, las inversiones y las transferencias privadas.
Y todo eso cuando falta poco más de cinco meses que para legalmente deje el poder. Esa es la incongruencia. Más pareciera que está fortaleciendo los espacios para consolidarse incluso con el apoyo de otros poderes fuera de la Ley como la delincuencia organizada que desatada asesina a candidatos a diestra y siniestra sin que el Gran tlatoani muestre algún signo de preocupación u ordene a sus huestes armadas y enriquecidas lanzarse con todo para detener y si es posible acabar con los asesinos que parecen decidido a dejarnos un saldo superior a las 200 mil víctimas para mostrar su poder e impunidad. Ya van 185 mil.
De ahí que el panorama hacia las elecciones del dos de junio sea de pronóstico reservado, con un sujeto ensoberbecido que está seguro, nació para mandar de manera absolutista y hasta qué él quiera.
No da signos de quererse ir, por el contrario, a cada paso nos muestra su deseo de consolidar su reinado, de no entregar el poder o en todo caso hacer una pantomima como aquélla del bastón de mando que resultó un vil palo sin valor alguno pues la misma corcholata es recriminada si se sale de la ruta, del discurso trazado por el amo y se somete a los dictados. Sabe ya que si gana pr las buenas o las malas ella no será quien gobierne.
Será la figura en la silla, pero sometida a los caprichos e ideas de quien hoy tiene más poder que nadie en la historia de México sobre todo con unas fuerzas armadas “crecidas” en más de 200 mil efectivos que al principio del sexenio y en dinero con uso indiscriminado y corrupto de recursos públicos para financiar obras y empresas que al final serán suyas.
Y ni qué decir de los criminales quienes ya conforman una fuerza real que tiene bajo sometimiento a más de las dos terceras partes del país al pago de piso y apoderados de gobiernos municipales y estatales.
Muy difícil panorama, es mucho lo que se juega el 2 de junio, sin duda.