Mediocridad
Miguel A. Rocha Valencia
Cada vez se vuelve más evidente la mediocridad de la 4T donde todos se inclinan ante la ignorancia de un sujeto que no llega a medio pelo en academia, conocimientos, cultura y desde luego, capacidad intelectual.
Nadie puede estar por arriba de ese perfil y de ahí que quienes se resisten a someterse a la ignorancia, prefieren desertar o de plano se atreven a criticar al iluminado que los pastorea, como recientemente lo hizo la ministra Loretta Ortiz Ahlf quien contradijo a su padrino en eso de que los titulares de la Suprema Corte de Justicia sean elegidos por voto popular, lo cual no cayó bien a la chachalaca tabasqueña quien se lanzó contra ella desde la mañanera. Peor si lo hizo desde el reducto del neoliberalismo.
Lo más destacable sería Ricardo Monreal quien parece no tiene muchas ganas de ser ¿coordinador de enlace? Pues se acaba de incorporar a su “platea” del Senado. El nivel es tan bajo que será el finísimo y atento Gerardo Fernández Noroña el “vocero”.
Es que la vara la pone el mismo profeta cuatrotero, nadie puede ser mejor y si lo es, tendrá que olvidarse de ello para integrarse a la caja de aplausos que festeje los hechos y ocurrencias en este caso de a corcholata cuyo nombre aparece al calce de los discursos que son del peje de los cuales es lectora, sin idea propia y sin moverle ni un punto ni coma.
Así es el nivel de la 4T, sometimiento absoluto, ausencia de talento, conocimientos, imaginación o inteligencia, el mandato es vertical “yo soy el proyecto”, “obediencia ciega” y en ese sentido nadie se rebela, todos obedecen incluyendo a la del bastón que se inclina y lo hace en cada discurso, en cada evento donde los acarreados no escuchan algo nuevo sólo la repetición de las homilías palaciegas.
Seguro el nuevo “discurso” corcholatero será contra los ministros de la SCJN que se oponen a la selección por voto de esos cargos y desde luego repetirá lo dicho por el maestro en el sentido de que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) es un reducto de los retrógrados conservadores, de los derechistas, de quienes se oponen eso sí, a la miseria y la mediocridad.
Le faltó decir que la FIL es un cubil de aspiracionistas, de aquéllos que leen y sueñan con ser mejores, que no se someten, adquieren conocimiento y saben que México está en manos de mediocres demagogos, de falsos izquierdosos, rábanos trasnochados que hacen del gatopardismo su estilo de sobrevivencia, garrapatas que chupan y secan instituciones bajo la falsa promesa justicia social donde ellos mandan y seleccionan a sus cómplices.
Por eso temen al conocimiento, por eso no se atreven a asomarse a lugares como la FIL, ni siquiera el su “Pancho Pantera” del Fondo de Cultura Económica porque ahí si hay “gallos” contestatarios que no hacen del insulto su expresión de “cultura”.
Ahora hasta los maestros de la CNTE son conservadores porque en protesta por el olvido de la tragedia causada por Odín, no le dejaron inaugurar el CRIT de la Montaña en Guerrero, les dijo que son de derecha, manipulados por los enemigos de la 4T.
En tanto, defendió a su corcholata por no ir a la FIL, la justificó y de alguna manera dio a entender que la instrucción de no acudir fue de él bajo el argumento de que ahí se da un consejo de sabihondos, de oligarcas, entre los cuales desde luego él no se inscribe, aunque sea la conjugación y traducción más fiel de un autócrata.
Claro, ignorante y sin lógica, pero bueno para la mentira y el engaño como lo hace con lo de jueces y ministros aduciendo que, si se elige a un presidente, por qué no a esos impartidores de justicia, como si la popularidad fuera sinónimo de conocimiento, de apego a la letra de la ley.
Y es que el caudillo de Macuspana se quiere ver en ese espejo, que sujetos como él sean quienes juzguen y digan quien es o no inocente o culpable. NO se nos olvide que a él por su omnipotencia no se le debe ir con aquello de que la ley es la ley simplemente porque él es el machuchón.