Mentirosos
• Candidatos aplican la del ganso: “prometer no empobrece”. Saben que incumplirán
Miguel A. Rocha Valencia
Seguramente en la próxima presentación de los candidatos a la Presidencia, a la corcholata le van a aplicar el cuadrito para que diga “no son robot” y no es que sea la “dama de hielo” como afirma Xóchitl Gálvez sino simplemente una máscara de hierro para evitar aflorar su conocida mecha corta, pero al mismo tiempo que a sus competidores, les deberán aplicar el polígrafo pues desde el punto de vista de la realidad financiera del país, los tres mienten y prometen a sabiendas de que no van a cumplir sus ofertas de campaña.
Y no van a cumplir simplemente porque para todo ello se necesita dinero y eso es lo que más escasea en estos momentos en México y faltará aún más en los próximos años dado en nivel excesivo de deuda, lo precario de la recaudación fiscal y la desecación de varias fuentes de las que echó mano el Peje y con todo ello nos llevó al nivel de endeudamiento más grande en la historia de México.
Ni siquiera como dijo, los ahorros y la pobreza franciscana a que llevó a la administración pública, como prometió fueron suficientes para cubrir sus expectativas de “justicia social”.
Tampoco le fue suficiente acusar a medio mundo de corruptos, eliminar fideicomisos, recortar presupuestos a los poderes Legislativo y Judicial, dejar en el límite de la operatividad a los órganos electorales y otros autónomos, vaciar los fondos de contingencias, disolver fideicomisos incluyendo el de Aduanas, intentar saquear el dinero de trabajadores, acabar con los recursos relacionados a la conurbanidad y de plano dejar sin un peso al fondo de desastres.
Todo lo vació para comprar votos incluyendo los apoyos a la comercialización y producción agropecuaria que los transformó en dádivas directas no en programas de auxilio a los campesinos aduciendo lo de siempre, corrupción, como lo hizo con la compra de medicamentos que hoy, se adquiere a las mismas empresas que tildo de pútridas como también a las normas para la adquisición de los mismos.
Habló de corrupción como pretexto para cancelar contratos, obras magníficas que impulsarían desarrollo e inversión que al final, nunca comprobó, pero si propició la pérdida de miles de millones de pesos y a quien se atrevió a decir lo contrario, lo puso contra la pared y como en el caso del auditor que dijo que en el NAIM se desperdiciaron 300 mil millones de pesos primero lo marginaron y hoy de plano, lo corrieron.
Y ese desperdicio y concentración de recursos y el no ejercicio de los dineros en actividades u obras productivas, trajo como consecuencia el que, quien prometió no pedir un solo peso de deuda, nos llevara al mayor endeudamiento en la historia del país el cual quedará comprometido durante años donde la economía, el manejo del presupuesto deberá ser impecable para no llevarnos a una gran crisis de insolvencia por aquello de que entre programas sociales y pago del servicio de los 18 billones de débito, se llevarán más de dos billones de pesos anuales.
Gracias a ello, quien gane la elección federal de este año, estará acotado precisamente por el régimen del ganso que gastó lo impensable en otras de dudosa viabilidad financiera, tanto, que deberán transferírseles miles de millones de pesos en subsidios y de cuya productividad pocos creen.
Porque Tren como refinería o aeropuerto, nadie se los disputa, no llegan las grandes inversiones privadas, no al menos como las que tenía en fila el cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) tanto en materia hotelera como restaurantera y demás servicios turísticos y financieros pues sería el más grande de América tanto que le haría sombra al de Houston y Los Ángeles en Estados Unidos y de Panamá en Centroamérica con sus seis pistas con operaciones simultáneas.
El caso es que el mesías tropical deja las arcas vacías, con un gran débito que se pagará por generaciones. De hecho, los economistas neoliberales consideran que el volumen de la deuda actual, la hace impagable, no en al menos 30 años especialmente porque las últimas colocaciones de bonos están en condiciones confiscatorias y los programas sociales comprometen recursos que en poco tiempo podrían representar el 10 por ciento del presupuesto de egresos.
Es decir, no hay dinero y sin embargo, los candidatos prometen ampliar las dádivas a fondo perdido pero ninguno dice de dónde van a salir tales recursos. Sólo que se más deuda, con lo cual, el futuro cercano de los mexicanos estará comprometido.
Por eso insistimos, mienten en decir que ampliarán programas sociales, que invertirán y mejorarán servicios públicos y bienestar simplemente porque para ello se necesita una gran reforma fiscal, ampliar la base de contribuyentes y meter a cotizar al 52 por ciento de la PEA que hoy se encuentra en la informalidad, como miles de empresas que de esa forma se libran de pagar impuestos.
Que digan los candidatos de dónde van a sacar el dinero para sus “grandes, generosas, revolucionarias, justicieras y progresistas” propuestas, mientras no lo hagan, todo será bordar en un imaginario colectivo que ya no se la traga.