Terror
• Teme el ganso cobro de sus agravios acumulados. No soltará poder
Miguel A. Rocha Valencia
Dejar el poder para el ganso sería caer en la ignominia. La siembra de agravios a instituciones, personas, organizaciones, pero sobre todo a la Ley le garantizan que el brazo largo de la justicia y cobro de facturas lo alcanzaría hasta allá, en la Chingada.
Lo peor para él es que no son pocos los agraviados y muchos de ellos, son poderosos en dinero, política, armas y en peso social que llegado el caso pueden gravitar no sólo en el voto del dos de junio sino más allá incluso de las fronteras por si en su plan de escape está el refugiarse en un paraíso de rábanos donde las oligarquías dominantes se protegen.
Incluso hay quien afirma que los izquierdosos mexicanos tienen guardado su dinero legítimo o robado en bóvedas cubanas donde, además, comprar su lugar de exilio por si es necesario huir de la justicia mexicana o de algún resentido que fue agraviado, perseguido o encarcelado.
Uno de ellos, anciano y enfermo que si fuese culpable debería llevar su proceso arraigado en su domicilio es Jesús Murillo Karam, ex procurador general de la República a quien se le imputan muchas cosas, pero no se le prueba nada y al igual que sucedió a Rosario Robles Berlanga, parece que estará años en la cárcel, al menos hasta el final de esta deformación de gobierno.
Ambos casos y otros no tan notables como el de un prestigiado abogado son ejemplo del autoritarismo, del uso faccioso de los tribunales y de cómo un sujeto acomplejado es capaz de actuar en sus venganzas.
De hecho, son los “paganos” de la manifiesta corrupción del régimen anterior donde Enrique Peña Nieto tuvo el acierto de “comprar” su impunidad con la entrega del poder a un sujeto que de gobernar no supo, aunque afirmó que era muy fácil, tanto como hacer un hoyo en el suelo y sacar petróleo.
Esos casos se inscriben en los agravios políticos a los cuales se sumarían muchos de los actuales senadores, diputados, dirigentes de partidos y demás personajes extorsionados y amenazados para dar el sí a la 4T, incluso aquellos que dieron su brazo a torcer a cambio de no ser perseguidos y encarcelados. En ninguno de los asuntos comentados he dicho “enjuiciados” pues no fueron llevados a corte a dirimir culpabilidades, simplemente están encerrados.
Se sumarán los agravios contra empresarios que fueron forzados a entregar su dinero a causas en las cuales no creían, pagar por lo que no debían y cooperar para no ser enjuiciados o desprestigiados en las mañaneras donde más de uno fue llevado a la hoguera.
Están las organizaciones sociales acusadas de corrupción, de servir a intereses extranjeros y abanderar causas inexistentes, algunas incluso, llevadas a la extinción. Sumemos a medios, periodistas y comentaristas.
Pero lo de mayor peso está en la sociedad donde están las madres buscadoras de más de 47 mil desparecidos, los familiares de 175 mil asesinados, las mujeres agredidas y los defensores de derechos humanos sin contar a los quienes sufrieron consecuencias criminales por la falta de medicamentos donde se calcula que fueron víctimas más de 800 mil mexicanos durante el sexenio.
Ni hablar de quienes sufren tragedias a causa de meteoros y con quienes el tlatoani no se mezcla porque le salpicarían de lodo su “investidura presidencial”, preciada joya que no está dispuesto a soltar, ya lo dijo.
Y no lo hará por las buenas, el caudillo enrarecerá cada vez más el ambiente social y político, golpeará con toda la fuerza de su gobierno a quienes se le pongan enfrente sobre todo candidatos opositores. Saldrán a relucir carpetas de investigación, persecuciones mediáticas, intentos ofensivos para desprestigiar al contrario desde la mañanera y desde luego, todo el dinero para intentar comprar conciencias y a más de un político chaquetero.
Como bien advirtió el profeta cuatrotero con su cínica risita: lo mejor es lo peor que se va a poner.