Vil chatarra
- Mediocridad, ignorancia y soberbia de la 4T nos llevan al basurero
Miguel A. Rocha Valencia
La verdad no hay nada positivo que esperar de la 4T simplemente porque aun queriéndolo no tienen capacidad para gobernar al país y menos para mejorarlo, aunque en el fondo no es ese el objetivo sino “proletizarnos”, mediatizarnos y hacernos un país al estilo de los izquierdosos perdedores y miserables.
Y es que si analizamos a quienes hoy están a cargo del gobierno, la mayoría carece de estatura política, dimensiones de estadista y en su vida de tumbos y cambio de chaquetas han demostrado su falta de lealtad a un proyecto o capacidad para crecer donde “nacieron”.
Su divisa no es la capacidad sino la mediocridad y por eso cuando tienen poder, sacan a relucir el cobre y se comportan con soberbia para ocultar su ignorancia y el miedo a perder el poder que asumen para servirse y tratar de convertir a todos los demás en enanos de la política.
Hasta quien decidió ser nada antes que enfrentarse o desobedecer al ganso y se arrodilló ante su eminencia, se muestra tal cual es, ya sin máscaras de conciliador y jurista para lanzarse -como se lo ordenan- contra los “adversarios” y sin recato asumir el discurso corcholatero de palacio Nacional.
Al igual que los demás, se muestran como la chatarra de la política, tránsfugas del oficialismo y la oposición, de ida y vuelta según sus conveniencias sin escrúpulos como los Monreal o los Bartlett, Murat, Yunes, Corral y el mismo Tlatoani, quienes al menos llevaban un bagaje del cual carece quien hoy los ¿manda?
Porque hasta con eso cualquiera de ellos tendrían más tablas en la esgrima verbal y política que quien hoy los encabeza y dirige en apariencia y ante quien deben someterse, aunque presuman mayores capacidades y entorchados, sabedores que fue el dedo mesiánico quien determinó al guía visible, al oráculo que transmite deseos y ordenes que se cumplen a pie juntillas, con la obediencia ciega que juraron a cambio de poder.
Por eso no pueden permitir instituciones ni líderes opositores que se les pongan enfrente, ni siquiera periodistas o medios desde donde se les denuncie y exhiba en su descarnada mediocridad e incapacidad.
Por eso hay que destruir lo que queda en pie del andamiaje democrático incluyendo las escaleras por donde ascendieron al poder para que nadie más los utilice…
De ahí que todo lo que toquen debe convertirse en chatarra como ellos, ahí está en poder Judicial de donde seguramente saldrán los jueces, magistrados y ministros que les van a servir para justificar sus tropelías especialmente para exhibir y castigar a sus enemigos, a quienes con su sabiduría los ofendieron, servirán para tomar revancha como se los prometió el mesías tropical.
Para eso no necesitan un Instituto Nacional Electoral autónomo, con todas sus capacidades sino un simple membrete que cobije a sus incondicionales para una farsa para “seleccionar” a sus impartidores de justicia que seguramente ya fueron palomeados entre la mediocridad de aquéllos que son incapaces de brillar en el ejercicio de la profesión de abogados y hoy se les regalará una plaza de burócratas al servicio de los intereses de Morena y aliados. Más chatarra.
De hecho sucede lo mismo en el Congreso donde el debate ya no existe simplemente porque no hay estatura, se imponen las ofensas, los reclamos y las descalificaciones que sustituyeron a los razonamientos. El conocimiento es lo de menos, lo que importa es la imposición, la obediencia ciega hasta la ignominia en favor del profeta cuatrotero donde ni siquiera los corcholatazos pesan más. La silla del Águila fue superada por la herencia patriarcal.
Y la cargada es contra los aliados de un INE que fue independiente y al que se le escamotean hoy recursos y tiempo para armar la mascarada… Ni dinero ni prórroga dijeron en palacio Nacional y se replica en San Lázaro, la calidad de la elección y de los elegidos no importan como y tampoco lo fue para los legisladores a quienes se les entregó la mayoría calificada. Al aventón al fin y al cabo serán sirvientes, morralla que busca una plaza sin hacer carrera, un modus vivendi como lo es la política para quienes se dicen congresistas.
Nada importa si son 200 mil o 170 mil casillas o centro de votación o si los 13 mil a nueve mil millones no alcanzan, la orden fue dada ¡Cúmplase! Las capacidades para el desempeño de cargos públicos hoy no están a discusión ya lo dijo el mesías 90 por ciento servilismo, hoy con eso es suficiente, desde la Presidencia de la República hasta el juez de distrito del pueblo más alejado.
Total, si algo sale mal como siempre habrá a quién culpar, a los enemigos de la 4T, a los neoliberales que aún no se hayan pasado a Morena y si resultan responsables, con que juren lealtad serán perdonados, para eso tienen el poder.
La 4T se volvió la divisa para poder delinquir, ser incapaz, mediocre, vil chatarra de la política sin que nadie se sienta culpable o pague por ello, o ¿No?