Visión crítica

Todos los caminos conducen a Máynez

Leopoldo González*

Es cierto que Jorge Álvarez Máynez es el candidato presidencial del partido Movimiento Ciudadano (MC), un partido cuya fosforescencia ubrenamental lo ha llevado a confundirse con el color marrón de “fosforena”.

Es cierto, también, que en Movimiento Ciudadano (MC) el joven Álvarez Máynez no se manda solo, pues hay ahí un elenco de personajes que tienen lo suyo y pesan, aunque Dante Delgado ha pretendido erigirse en el dueño absoluto de la franquicia como si fuese un negocio particular.

Definitivamente, a MC no le conviene un dirigente nacional que desconcierta, al que unas veces le meten miedo los humores de Palacio Nacional, otras le pesa la causa superior de México y en ocasiones ladea sus convicciones la democracia del bolsillo.

Otro que se maneja en la gubernatura de su estado como si fuese un negocio particular, es el mismísimo Samuel García: en tres años y meses, según Reporte Índigo, han ingresado a dos despachos que tiene en sociedad casi 800 millones de pesos por “asesorías diversas”, lo cual invita a los mal pensados a documentar el sospechosismo.

Es cierto que hay ahí, en Movimiento Ciudadano, también personajes de una sola pieza que no apoyan la mal llamada “nueva política” y que no están de acuerdo en “dividir el voto” de la oposición en un momento tan delicado de la vida nacional: ellos son, claramente, Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco, y Luis Donaldo Colosio Riojas, el candidato a senador de MC por Nuevo León.

Hay muchas personas de bien en MC, que incluso creen de buena fe en la coherencia interna de su dirigente nacional y en la limpieza de su candidato presidencial. Sus creencias pueden ser muy puras y respetables, aunque no necesariamente tengan razón ni fundamento.

El fin de semana Luis Donaldo Colosio Riojas hizo declaraciones valientes y tronantes, en las que quedó de manifiesto que ve con preocupación al país, que por ningún motivo nadie le debe hacer el juego a Morena y que es necesario pensar en una solución, rumbo al 2 de junio, que desemboque en un gran acuerdo de la oposición para salvar a México.

Con esas declaraciones, reiteradas luego en entrevista con Azucena Uresti, Colosio Riojas puso en un instante los puntos sobre las íes: dio en el clavo respecto a la situación desastrosa que vive México, se desmarcó de cualquier sospecha de apoyo a Morena, se transformó en gurú de la elección presidencial y exigió definiciones más allá de encuestas y siglas de partido.

Por lo que ha dicho, veo que a Luis Donaldo Colosio Riojas no le preocupa el color del dinero ni el color del voto, pues lo que en verdad le preocupa es la X de México y el color de México: en otras palabras, no vivir en una nación desdibujada ni en un México descolorido.

Los que sabemos qué es lo que está en juego en la elección presidencial de 2024, sabemos que Morena y su pandilla quieren quedarse con el poder en 2024 para no soltarlo en 30 o 40 años, con el fin de estatuir la Venezuela del Norte. Esto, que no todos alcanzan a ver hoy en nuestro país, tampoco lo vieron los venezolanos candorosos que hace 25 años votaron por Hugo Chávez, y que hoy no hallan cómo sacudirse el yugo del “Socialismo del siglo XXI”.

Los ejemplos de este populismo sin alma, que tiene empinado o de rodillas al pueblo de Cuba, de Nicaragüa, de Venezuela y otro tanto al de Colombia, podrían ser el negro destino de México si millones renuncian a ver la realidad y a votar con los ojos del corazón y la razón el próximo 2 de junio.

Para fortuna de muchos, el que vino a darle un enfoque más fresco y realista a la contienda fue Colosio Riojas, no sólo porque formuló una crítica valiente y con sustento al tiradero que la 4T ha hecho de México, sino porque anota una solución aguda y emergente al problema de la sucesión, …

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