LA COLUMNA
José Cruz Delgado
Si alguien dudaba de la salud mental del Emperador Andrés I, (Andrés Manuel López Obrador) ya quedó comprobado que está mal de la cabeza durante su reciente visita a Michoacán.
Desde que inició su fatal administración, prometió que el sistema de salud mexicano sería superior al de Dinamarca, a garantizar los derechos de los mexicanos a la atención médica oportuna, mejorar la impartición de la salud y medicamentos gratis o al alcance de todos y resulta que todo ha sido una burla y una vil mentira, pues en el sistema de salud ha empeorado desde su llegada al poder.
Antes había medicamentos para niños con cáncer en los hospitales y todos los estudios se hacían gratuitamente. Recuerdo que los padres realizaron una protesta por la falta de medicamentos oncológicos y atención médica y el canalla de Hugo López-Gattell en lugar de atender el problema dijo que eran golpistas.
En los hospitales y centros de no tienen medicinas, y las consultas médicas las agendan para tres o cuatro meses después –si bien les va a los derechohabientes-, y los estudios clínicos los programan hasta para dentro de seis meses a un año, y este sujeto se atreve a decir que el sistema de salud será superior que al de Dinamarca, en ese país no suceden estas cosas como en México.
El no hay es la clásica respuesta de los empleados de farmacias en hospitales cuando ven las recetas, eso no sucede en Dinamarca señor Emperador.
En el país hay hospitales que fueron inaugurados con bombo y platillo, pero no funcionan, unos porque están mal hechos y otros porque no están equipados.
El presidente insiste cada vez que le falta un tema para hacernos reir dice que “pronto, muy pronto” los servicios de salud van a ser mejores que los de Dinamarca.
El sistema de salud danés es un modelo de centros y hospitales públicos. Su financiamiento es principalmente público, derivado del pago de impuestos. Se destina en torno a un 11% del PIB al gasto exclusivamente sanitario.
El sistema de salud danés se caracteriza por ser universal y gratuito (mayormente de financiamiento público por pago de impuestos). Destina entre el 10.4 y 11 por ciento del producto interno bruto (PIB) en salud. En comparación, en México no llega al 3 por ciento.
A cada paciente le asignan un doctor específico para que lleve a cabo un seguimiento. Y, conste, allá no hay médicos cubanos como acá.
El sistema de salud es descentralizado, no corre directamente a cargo del gobierno danés, sino que está administrado por los gobiernos de las regiones.
Así que habrá que preguntarle al presidente de qué Dinamarca habla, pero bueno, su locura a lo mejor puede tener cura y le sugiero que se atienda lo antes posible para que ya no siga chingando a México y a los mexicanos.