Yo Campesino
Más ¿Logros?
Miguel A. Rocha Valencia
Aun no se sabe cuánto se gastó en este sexenio en el tren México-Toluca que a pesar de las balandronadas e inauguraciones del ganso no pudo terminarlo como tampoco logró hacer que refinara la fábrica de Dos Bocas, que el aeropuerto de Santa Lucía fuera autosuficiente o económicamente rentable y de plano fracasó en su “máxima obra”, el tren Maya que está sin concluir y hay que inyectarle recursos para mantenimiento.
Lo peor es que todo lo inauguró y nada concluyó, aunque eso sí, se gastó en el sexenio cerca de billón 300 mil millones de pesos para su realización, pero sin que ninguno de los bodrios reportara un beneficio a la sociedad o al menos ingresos al país, fue un gasto del que no habrá recuperación al menos en una década.
Es más como en el caso de la refinería en Paraíso, Tabasco, el costo aún no termina a pesar de que se triplicó y alcanzará los 22 mil millones de dólares y para cuando produzca combustibles terminados, se verá el costo-beneficio tomando en cuenta la agresiva invasión de motores eléctricos o híbridos.
Lo mismo sucede con el tren Maya que con cerca de 500 mil millones de pesos, de los cuales 120 mil millones correspondieron a este año, no sólo gravita en el presupuesto y la banca oficial, especialmente Banobras para su conclusión sino también para el pago de mantenimiento y la nómina en los tramos que ya están en funcionamiento.
Pero además esta obra, recordemos ya fue regalada por el generoso ganso a los militares quienes no sólo regentean los contratos de obra que otorgan a los contratistas que ellos designan sin licitación, sino que al final de todo, ellos recibirán los “beneficios” de su administración. Mentira que de ahí se vaya a sacar para aumentar o ajustar las pensiones a 16 mil 500 pesos a jubilados del IMSS para lo que fueron confiscadas las afores inactivas de jubilados.
Esta obra que se realiza con dinero de todos los mexicanos, será para pagar las pensiones si, pero de los miembros del Ejército, ni siquiera se les dará participación a los marinos quienes para eso ya recibieron su regalote a través de las aduanas de todo el país las cuáles administran a su gusto y donde curiosamente a raíz de que son ellos quienes las regentean, bajaron los cobros por importaciones y obvio, los ingresos a Hacienda por “derechos”.
No se me escapa el otro tren, el que inició y no pudo terminar Enrique Peña Nieto, el México-Toluca y del cual hasta los trenes se compraron por adelantado y están estacionados desde hace cerca de 10 años, lo cual genera y un gasto millonario en mantenimiento lo mismo que las vías y tramos concluidos y que inauguró el cabecita de algodón con bombo y platillo, pero sin un avance real a lo dejó su sucesor.
Tal vez sea porque el dichoso tren es un resumidero de corrupción y chantajes donde entran funcionarios como el exdirector de Obras Édgar Tungüi de la administración pasada hasta comuneros y ejidatarios que entorpecieron los trabajos. Dijo el caudillo de Tepetitán que lo concluiría y se va sin terminarlo.
Del “hermoso” aeropuerto de Santa Lucía ni hablar, no le interesa ni a los funcionarios de la 4T dada su localización y limitaciones. Sin la certificación internacional y sin contar la aprobación de los organismos de aviación civil, el Felipe Ángeles no resolvió los problemas del de la Ciudad de México.
Al contrario, le quita anualmente 200 millones de dólares del TUA para amortizar la deuda que se dejó con la fibra Verde que serviría para financiar con recursos privados el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, en Texcoco el cual hundió el profeta de la 4T por un capricho que costó más de billón 200 mil millones de pesos y caída de miles de millones más en proyectos y ampliaciones pagados con dinero privado.
Total, que el Santa Lucía no atrae a líneas nacionales ni internacionales, quienes operan ahí lo hacen por forzados por decretos o el chantaje que es marca de la 4T, pero no es costeable y al menos este año se le asignaron otros 22 mil millones de pesos de subsidio.
Antes que se mi olvide está la Universidad Autónoma de la Ciudad de México que en tan solo en dos años recibió cerca de 16 mil 500 millones de pesos y sólo ha generado tres mil 851 egresados en sus 19 licenciaturas y siete posgrados, en áreas que seguramente son muy útiles y bien recibidas por los empleadores, siempre y cuando sean de la administración morenista dado su comprobado nivel académico de excelencia.
Otro fracaso más, un elefante blanco que no atrae a nadie salvo que se tenga vocación de fósil o porro, o sea el perfil del ganso.
Continuaremos con los fracasos del machuchón de Palacio cuya huella lamentablemente seguirá la virtual presidenta electa, al menos eso dice.
Veremos.