Rudeza innecesaria
Abelardo Pérez Estrada*
Durante los más de cinco años que lleva la presente administración, hemos visto como el presidente López Obrador abre diferentes frentes, con los qué a primera vista, con una rudeza innecesaria, genera conflictos, que, en el mejor de los casos, terminan siendo ocurrencias, pero en el camino siembran y generan polarización en el país.
No pongo en duda, sus buenas intenciones, de acabar con la corrupción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México o con la de los programas del INADEM o algunos fideicomisos y fondos que tenía el Conacyt o algunas otras muestras de excesos que se vinieron sembrando y cultivando desde administraciones pasadas y que, aunque lo nieguen, continúan.
Sin embargo, los dos grandes errores desde mi punto de vista, han sido, por un lado, la tajante embestida para eliminarlos sin tener una estrategia para sustituir y bien dirigir el objeto con el que se crearon y, por otro lado, los señalamientos crudos, la mayoría sin fundamento, que generan polarización innecesaria, además del costo social y económico.
Lo hemos visto igual, atacando a madres, empresarios, jóvenes, aspiracionistas, madres buscadoras, iglesia, organismos internacionales, reporteros, incluso zonas completas de la ciudad de México como Polanco, señalando como corruptos a la mayoría de los que han pasado por alguna u otra administración, todo sin mas fundamento que su palabra, que ducho sea de paso, tendría mi apoyo estuvieran en la cárcel o por lo menos con carpetas iniciadas, la mitad de todos los que ha señalado.
Los últimos cuatro ejemplos, uno internacional, al no querer entregar la Presidencia de la Alianza del Pacífico a Dina Boluarte, presidenta de Perú y de manera doméstica el bloqueo que le ordenó a sus legisladores, para que no nombrarán a los comisionados del INAI, la lucha larga contra el INE y ahora su batalla contra el Poder Judicial.
Si analizamos, las cuatro en sido batallas perdidas, algunas paradas en tribunales, pero el daño social está hecho, como él dice, “lo que no mancha, tizna” y si ese era su objetivo lo logró.
Qué diferente hubiera sido mantener esas buenas intenciones de acabar con corrupción y hoy estar hablando de funcionarios corruptos en la cárcel, (incluyendo a los de su gobierno), con recuperación de lo mal habido y que se estuviera aplicando realmente para compensar lo que las políticas públicas al momento no han podido hacer con los más necesitados.
Sin embargo, lo anterior seguirá siendo un sueño y seguramente una promesa de campaña en los que creen y dicen que tienen la solución para el 2024.
POSDATA:
….Mi solidaridad con los vecinos de Guerrero, Diputados y Senadores, seguro se preguntan por el FONDEN.
¡Es tiempo de los ciudadanos!
*Empresario, analista político, Expresidente de la Canacintra