López Obrador compra traiciones entre senadores de oposición para militarizar al país
Jorge Hidalgo Lugo
Un último embate del aparato de Estado con el patrocinio de Palacio Nacional, se ejerce ahora contra algunos senadores para culminar el ambicioso plan, no sólo de militarizar al país, sino dejar la puerta abierta para un régimen castrista con visos de democracia, como salida de emergencia a un gobierno fallido, errático y, sobre todo, señalado por sus presuntos nexos con el crimen organizado que hoy es el verdadero poder tras el autócrata que mangonea en México.
Tarea nada sencilla para los “operadores políticos” que se dan a conocer deben cabildear y consumar la orden de convencerlos a cómo dé lugar y al costo que sea, a fin que se abstengan de acudir a la sesión o bien no respalden la propuesta surgida del PRI, partido traidor y doblegado a cambio de otorgar impunidad a Alejandro Moreno Cárdenas, su “dirigente” nacional, nunca mejor motejado como “Amlito”.
El tema que pretende desviarse de la trascendencia que en verdad reviste, no es que las fuerzas militares salgan del cuartel y patrullen estados y municipios, presuntamente en labores de seguridad para evitar que el crimen organizado siga avanzando como ha acontecido hasta la fecha.
Prolongar por decreto constitucional esa fórmula que debiera extinguirse en el 2024 para ahora ir hasta el 2028, no es el punto medular. El fracaso que cargan sobre armas y uniformes las fuerzas castrenses, está suficientemente evidenciado con los 134 mil homicidios dolosos que contabiliza el (des)gobierno gracias en buena medida a su colusión con los ejecutaros de este baño de sangre que indigna y genera zozobra general en el México de hoy a cuatro años de distancia.
No hay ninguna justificación que pudiera argumentarse en favor de la milicia y que por el contrario ha sido humillada y exhibida en su inoperante función, por los propios sicarios y comandos criminales que los asesinan, despojan de armas y hasta los hacen huir despavoridos cuando han sido encontrados en su camino, lo que está suficientemente acreditado con decenas de videos que circulan en las redes sociales y que incluso, son publicados por los mismos narcoaliados del régimen morenista.
En una palabra, Ejército, Guardia Nacional, Guardia Civil y policías municipales, han sido aterrorizados por los cárteles y no sólo se muestran temerosos de encontrarlos en su camino, sino lo peor, no hay acción alguna, estrategia de seguridad, plan trazado desde las altas esferas de inteligencia militar, que haya ido por algún capo o esté preso.
Mucho menos que se conozca de células criminales detectadas, combatidas y desarticuladas, como resultado de esos patrullajes que hoy se venden como la única alternativa que se tiene para recuperar la tranquilidad perdida en amplias zonas del país y, sobre todo, en entidades donde el trasfondo político hace arreciar más la presencia criminal como método para desacreditar a quienes gobiernan bajo otras siglas como son los casos de Querétaro y Guanajuato, por citar los más cercanos vecinos a Michoacán pero en manos de Acción Nacional.
No se diga en Estados como Zacatecas, reservado para la familia Monreal, a cuya población y gobierno, han dejado literalmente en manos de las disputas criminales, para mandar señales al mayor de la franquicia y no se salte las trancas como amenaza desde su privilegiada posición en el Senado de la República.
Violencia inducida, ingobernabilidad, ejecuciones sistemáticas, extorsiones, pagos de piso y demás malas artes que se agudizan por mandato oficial, para que Ricardo, el mejor posicionado de los Monreal, sepa que con el “Jefe de Jefes” no se juega.
Así que para botones de muestra nos llevaríamos mucho más espacio para dejar en claro la inoperancia y fracaso absoluto de tener al Ejército y sus satélites anodinos, en estas tareas de seguridad, porque la consigna de “abrazos y no balazos” ordenada desde Palacio Nacional, da carta de impunidad a los narcoaliados y es poco menos que imposible, aspirar a que esa patética realidad cambie.
Lo que en verdad debe ocupar y preocupar a los mexicanos, incluyendo a los integrantes de la legión del rebuzne y prófugos del ácido fólico que aplauden todos los atropellos y destrucción del país que comete su mesías tabasqueño, es que el empoderamiento militar que propicia su amo y pastor, apunta para que en despertar de los afectados por el presidencialismo imperial, sean los militares los llamados a sofocar cualquier insurrección por civilizada que pudiera parecer.
La milicia, por lo menos su élite, está relamiendo los labios ante la posibilidad de asumir el poder una vez que, por enfermedad y decrepitud, López Obrador pierda el dominio y llegue así el llamado para asumir el poder, con todo lo que esto implica. Incluso simular su arribo mediante elecciones y no sea mediante un cuartelazo como se queden al frente del país.
De ahí la enorme responsabilidad que recae en los senadores de oposición para que no terminen de entregar a México al totalitarismo, cierren el paso al embate de la bota militar y den la pelea para que las instituciones democráticas que aún subsisten, sobrevivan ante esta locura socialistoide que hoy afecta al vecino de la Plaza de la Constitución.
Para ello faltan horas, pues al cierre de este despacho se conocía que darían entrada a la propuesta de eso que aún llaman PRI y citar a la sesión deliberativa que es motivo de preocupación del populista y por ende, tiene en marcha el aparato de Estado, para doblegar al estilo sicario de “plata o plomo”, con la intimidación adecuada que hoy rige con el “plata o cárcel”, que es utilizado con objetivos detectables y susceptibles de conseguir impunidad y riqueza patrimonial, a cambio de ausentarse en la votación o bien, respaldar el nuevo atropello promiscuo de ya saben quién.
De los instrumentos de persuasión que se han dado a conocer y llamado la atención el caso de Michoacán, donde las versiones periodísticas señalan que el gerente de Palacio Nacional que cobra como “gobernador”, tiene la encomienda de “comprar” el voto del senador Antonio García Conejo, de la bancada del PRD, uno de los tres que hay en la Cámara Alta por este partido.
Morbo especial porque Ramírez Bedolla sigue en su insistencia de encarcelar al ex mandatario Silvano Aureoles, y ha ido a solicitar la intervención del fiscal Gertz Manero amén de tener a un numeroso grupo de abogados integrando carpetas de investigación para llevar a juicio al que, como cruel paradoja, es hermano por la vía materna, del senador al que le toca “enamorar”.
Y los malos del pueblo, incluyendo sus copartidarios de Morena que viven enfrentados con el no menos fallido gobierno de Ramírez Bedolla, han corrido la versión del fracaso que va a revestir si no convence a García Conejo de traicionar al PRD, a su hermano y al bloque opositor en el Senado.
“Están viendo que no convence ni a los de Morena, se le fragmentó la bancada en el Congreso del Estado, tiene en plena rebelión a los antes aliados de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y sus fuerzas básicas, los normalistas y todavía así creen que puede doblegar al carnal de Silvano. Ya parece”, es el comentario que circula profusamente en radio pasillo de Palacio de Gobierno.
Vale…