“Lo mejor es que lo peor está por venir”, anunció y lo está cumpliendo el narco presidente
Jorge Hidalgo Lugo
Los efectos que dejó la marea rosa en el ánimo del cada vez más esquizofrénico huésped de Palacio Nacional van en aumento y no sólo afectan su endeble intelecto, sino además ya contagiaron a quien por razones naturales debería irse desligando de quien está llamado a ser el destructor del México institucional y traidor a la patria, como lo señalaron cientos de miles de mexicanos que marcharon el domingo en la capital del país y decenas de ciudades, incluidas algunas del extranjero.
Víctima de su lengua viperina y venenosa que nunca ha conectado con la atrofiada masa encefálica que cada vez le ayuda menos, el narco presidente ataca a diestra y siniestra a quienes por orgullo propio y hasta fincado temor, han resuelto a no quedarse postrados en el confort dominical del 2 de junio venidero.
Algo sabe y por eso los embates incontrolables de quien en vez de sumar con ello le genera votos en contra a su marioneta quien ya no siente lo duro sino lo tupio y ahora ha caído en el mismo terreno discursivo, de estigmatizar las voces disidentes como si no tuvieran su propio peso electoral y el de sus cercanos.
Creer en las enormes ventajas que declaran sus encuestas mañosas y pagadas con el dinero de los propios satanizados por el obradorato, es algo que ni ellos realizan.
Como muestra los ataques de odio que han comenzado a arreciar aun antes de la marcha multitudinaria que cimbró el palacete del muñeco diabólico y lo puso fuera de sí.
Recodemos que semanas atrás, en su linchamiento marranero cotidiano López Obrador afirmó que “antes los habitantes de la Ciudad de México eran de vanguardia”, pero a perverso entender, “ahora es aquí la sede de los fifís”.
Bajo esa embestida estúpida contra millones de personas que habitan la capital del país y zonas conurbadas, el peligroso discurso de odio no cesó y por el contrario, se incrementó al extremo de lamentar que la capital mexicana “ya no sea una vanguardia en lo político”.
Para no dejar lugar a dudas, hizo caer el peso de su diabólico sentir al señalar que en la actualidad, “la gente que radica en la Ciudad de México se ha ido tornando más conservadora… Todo porque antes sí contaba con más apoyo, sobre todo cuando viví el desafuero; no obstante, ahora siento que no cuento con el mismo respaldo”.
Sin embargo, el rencor que comienza a ser patológico de López Obrador contra los “chilangos” se recrudeció en vísperas de la marcha dominical y los llamó “traidores a la patria” por el hecho de salir a manifestar su repudio al abusivo ejercicio del poder que ha realizado en detrimento de millones de mexicanos más que en sentir tal vez algún afecto particular por la candidata del bloque opositor.
Peor aún, tender tantas trampas estúpidas como prolongar el plantón de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en busca de dinamitar la llegada a la plancha del zócalo capitalino, decretar inusitadamente una “contingencia ambiental” para prohibir circular a miles de vehículos y restringir todavía más los accesos al sitio de la concentración, lo único que logró fue que surgiera el orgullo y ante la adversidad, la marea dio visos de convertirse en un tsunami rosa para la jornada electoral.
Domingo histórico que tuvo como remate el tercer y último debate presidencial y pese a ser manipulado por los medios que fueron contratados ex profeso y de los que muy pocos pueden estar a salvo de esta embestida de corrupción del obradorato incluyendo las casas encuestadoras, no lograron rescatar a la marioneta del tirano quien nuevamente fue exhibida en su real y patética posición de marioneta.
Y fiel a su bien ganada fama de candidata de las mentiras, la corcholata preferida de su profesor no se salió del guión y evadió todas las críticas y señalamientos que la involucran en actos de pillaje como la sospechosa adquisición de sus propiedades y de corrupción donde incluyen familiares cercanos que tienen depósitos en paraísos fiscales, amén de los latrocinios que exhiben públicamente a Rocío Nahle, el clan López Beltrán y sobre todo, los nexos que guarda el narco gobierno con el crimen organizado.
EsClaudia se limitó a evadir el bulto, tratar de sonreír de manera socarrona pero por dentro, consumida por los litros de bilis derramada al extremo de intentar engañar de nueva cuenta a los mexicanos con sus cifras maquilladas e irreales en materia de crecimiento económico, combate a la seguridad y contención del crimen organizado, cuyo avance inexorable hoy lo tiene posesionado de más del 70 por ciento de los 2 mil 469 municipios que hay en el país.
Pero sin duda, lo más patético de su comparecencia fue haber iniciado con el alarde de una supusta ventaja sobre su adversaria es tan amplia que no hay duda de su triunfo en las urnas, para cerrar con el llamado a una votación masiva a favor de Morena, bajo la argucia que esto es obligado para evitar “el fraude electoral que instrumenta la oposición”.
Tan simple discernir en esto: si tienen más de 20 puntos de ventaja a qué le tienen miedo. Y el fraude electoral se prepara sí, pero desde hace tiempo a través de Morena, su dueño, gobernadores, alcaldes, los vividores de la nación y todo el aparato de Estado funcionando con el respaldo del crimen organizado que como en Michoacán, hace lo que le place con la complicidad oficial.
Sin embargo, en el error de cálculo político que realiza López Obrador y secunda su marioneta, hay otros datos que no les dejan tranquilos, de ahí el mensaje que no debe pasar desapercibido y que lanzó el propio opresor macuspano ante un eventual revés en las urnas:
“Imagínense lo frustrante que sería después de haber sentado las bases para la transformación que a poco tiempo regresara la corrupción, el influyentismo, el nepotismo, el clasismo, el racismo, el desprecio al pueblo y volverse a imponer la oligarquía. No podría evitarlo. Tranquilo, ni modo. Como ya decidí jubilarme, por eso ya no me quiero enterar de nada”…
Y mientras continúa dando rienda suelta a su instinto incendiario y lanzar veneno destilado en su soledad palaciega, todavía habrá qué esperar nuevos embates contra la “investidura” del narco presidente como es el trabajo que publicó el Financial Times, donde se consigna que el problema del crimen organizado ha empeorado dramáticamente durante el sexenio de López Obrador; “y se ha vuelto tan grave que amenaza el futuro del país”.
En el rotativo de prestigio que seguramente llamará por igual “paquín inmundo” se da cuenta que “los cárteles de la droga en México están prosperando gracias a la política de abrazos, no balazos” del presidente Andrés Manuel López Obrador, entre otras cosas.
Luego de destacar la frase dicha por el payasito del palacete en el sentido que en México “No hay más violencia, sino más homicidios”, el diario recuerda en su publicación:
“Muchos de los cárteles se han expandido hacia nuevos negocios lucrativos. En un informe de 2024, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) calificó a los cárteles de Sinaloa y Jalisco como “organizaciones criminales transnacionales”; porque están “involucrados en el tráfico de armas, el lavado de dinero, el tráfico de migrantes, el tráfico sexual, el soborno, la extorsión y una serie de otros delitos”.
Ello mientras el desquiciado arremetía con lujo de perversidad contra los 250 intelectuales y científicos que firmaron un documento de apoyo a favor de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, quienes se dijeron preocupados por frenar lo que llamaron el “autoritarismo” que nos rige.
López Obrador los acusó de actuar como “alcahuetes de la oligarquía corrupta”, de nunca haber defendido al pueblo, para arrumbarlos al cajón de: “vendidos, alquilados, vasallos, empleados y serviles de la oligarquía”.
Y como bien lo dijo en tono premonitorio y su peculiar sonrisa diabólica: “lo mejor es que lo peor está por venir”…
Vale…
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