López Obrador y sus compinches ofrecen seguir con la transformación de un país que van a dejar en banca rota
Jorge Hidalgo Lugo
Con el distractor de Morena que prevalece ante la supuesta ruptura que anuncia Marcelo Ebrard Casaubón, en el Congreso de la Unión se fragua una nueva traición en contra del pueblo de México, de aprobar como se perfila el presupuesto de egresos para el 2024, con lo que se privilegia lo electorero a costa de la salud de millones que están en situación vulnerable y distantes de encontrar nuevo rumbo.
De acuerdo a las primeras reacciones de especialistas, en este proyecto al que no se le deberá mover ni una sola coma, el plan Andrés Manuel López Obrador va a incrementar el déficit público en dimensiones insospechadas que podrá alcanzar niveles que como nunca antes desde hace tres décadas se tuvieron, privilegiando otra vez obras faraónicas como el Tren Maya, Aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas.
Este nuevo atropello de la llamada deformación de cuarta y sus compinches, también apunta a ejercer presión sobre las finanzas públicas y amenaza la solvencia crediticia con que cuenta el país en el terreno internacional.
El gobierno de mentiras en que ha incurrido el payasito de las mañaneras, cae por su propio peso y en este rubro debemos apuntar que la deuda pública se ha incrementado 59 por ciento durante lo que va del sexenio fallido, debido sobre todo a una clara orientación del gasto a obras prioritarias, apoyos económicos y empresas estatales de electricidad y petróleos, de acuerdo a informes del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En ese documento se consigna que en el año por venir López Obrador proyecta que la deuda pública represente un 48.8 % del Producto interno bruto (PIB), un aumento de 5.2 puntos con relación a lo observado en 2018, previo a la gestión vigente.
“Pero la relación deuda/PIB esconde un incremento muy elevado del endeudamiento. Hasta la mitad de este año la deuda pública se ha elevado en 33.5 % respecto a 2018. Y, de acuerdo con las estimaciones del presupuesto presentado, al final del sexenio será 59 % mayor”, abundó el Ceesp.
Sin embargo, el panorama sombrío que se avizora no es de preocupación mayor para quien se siente dueño del país y sus habitantes, sino además se presume que con este presupuesto a autorizarse en el Congreso de la Unión, el dueño de Morena busca privilegiar el gasto social, aumentar los apoyos a Petróleos Mexicanos y a Comisión Federal de Electricidad, entidades que se han convertido en auténticos hoyos negros, insaciables e improductivos para la recuperación a corto, mediano y largo plazo.
Esto sin contar que el gasto para las limosnas del Bienestar aumenta sustancialmente, pero con fines electoreros para mantener la feligresía y ampliarla de ser preciso, ante las cada vez mayores posibilidades que la oposición derrote al partido de Estado en el 2024.
En términos generales se anuncia que los mayores niveles del déficit público implican también los mayores registros en más de 30 años, lo que según analistas económicos no debe prosperar, pues de lo contrario López Obrador heredará fuertes problemas fiscales a la siguiente administración, sea quien sea quien la encabece.
Con el distractor que maneja con maestría ahora usando a las corcholatas de Morena y sus desencuentros, el huésped de Palacio Nacional proyecta destinar 465 mil millones de pesos para el pago de pensiones a adultos mayores en 2024 y dar 150 mil millones de pesos más para seguir con la construcción del Tren Maya.
Al respecto vale la pena recordar que el Tren Maya, que a su culminación constará de mil 554 kilómetros López Obrador informó que iba a costar 150 mil millones de pesos, pero finalmente saldrá en 500 mil millones, con una partida de 150 mil millones más para el año que entra aunque se dice será inaugurado este primero de diciembre.
La iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Egresos de la Federación 2024, contempla asignar a la pensión para adultos mayores 465 mil 48 millones de pesos cuando en 2023 se destinaron 339 mil millones de pesos.
Para tener una idea más clara de cómo va a mal utilizar el dinero de los mexicanos, podemos citar que al despacho de la Presidencia, se aumenta de 875 a 924 millones de pesos el presupuesto, con el considerando que no son auditables y se utilizan para los efectos que considere el titular del Ejecutivo.
A la Secretaría de Gobernación le asigna 10 mil 868 millones de pesos, cifra superior a los 7 mil 868 millones del presente año.
A la Defensa Nacional le destina 259 mil 433 millones de pesos mientras que en este año sólo manejó 111 mil 911 millones de pesos, incremento que no se justifica bajo ninguna argumentación como no sea seguir dejando abierta la posibilidad de un golpe militar en caso de perder los comicios de manera democrática.
En el rubro de Salud, lo que más indigna, es que este año tuvo un presupuesto de 209 mil 616 millones de pesos y aún así está a punto del colapso, lo que poco le importa al disminuir a 96 mil 989 millones de pesos lo asignado para el 2024.
Se aleja así cumplir con las promesas de tener un servicio de salud como el de Dinamarca y hasta dejarse de llamarse como se llama, si no se abatiera el déficit de medicamentos como lo ofreciera en Zacatecas, apenas en noviembre del 2021.
En resumen, la expectativa presupuestal en el último año del obradorismo dejará una deuda neta total será de 16.7 billones de pesos, que contrasta con los 10.5 billones de pesos con que la recibió en 2018.
Otra falacia más que cae por su propio peso porque no olvidemos que alardeó siempre que no iba a endeudar al país y aquí están los números lo desmienten.
Mientras que expertos alertan que el déficit público de México previsto para 2024 será el más alto desde 1988.
Con todo y eso López Obrador y sus compinches ofrecen seguir con la transformación de un país que va a dejar en banca rota…
Vale…