Jorge Hidalgo Lugo
Pese a las burlas que ha hecho respecto a la inconformidad creciente del priismo michoacano publicando en sus redes sociales una foto en aparente tranquilidad degustando una cerveza “caguama” con la leyenda: “Aquí yo, tan preocupado estoy que hasta se me quitó la sed…!”, por parte de Guillermo Valencia Reyes los más de mil firmantes que piden su salida de la dirigencia estatal ya hicieron llegar a las oficinas del Comité Ejecutivo Nacional el documento donde establecen su postura inquebrantable.
A raíz que se diera a conocer el texto donde lamentan los resultados de la elección recientemente celebrada donde el PRI “obtuvo la votación más baja registrada en Michoacán”, Valencia Reyes lo tomó con desprecio y como respuesta hizo uso de las redes sociales -como es su costumbre-, para lucir por enésima vez su afición a la espumosa bebida de cebada, aunque sin responder de manera formal ninguno de los cuestionamientos que integran el documento.
Y si pensó que esto quedaría en el ámbito doméstico, una comisión conformada para tal fin se presentó en el edificio sede del PRI sobre la avenida Insurgentes Norte y Violeta en la capital mexicana, donde ingresaron el escrito y ya es del conocimiento de la dirigencia nacional que aún representa Alejandro Moreno Cárdenas.
Los priistas michoacanos que establecen con claridad que “los resultados de la elección del 02 de junio hablan por sí solos y en política eso es lo que cuenta… lo demás son explicaciones o justificaciones desde una sola visión”, siguieron así el cause institucional y con fecha 26 de junio a las 12.29 fue entregado el escrito en oficialía de partes donde se indicó que será a través de Pablo Angulo, secretario técnico del Consejo Político Nacional que se dará seguimiento y una eventual respuesta a la solicitud planteada:
“En el caso de Michoacán, dar justificaciones y cuentas alegres cuando no se obtuvo ninguna diputación en lo local ni en lo federal y sólo ganando por reelección algunos municipios por el esfuerzo de los candidatos y sus equipos, no hay forma decente de asegurar que el PRI es un partido bien dirigido y con buenos resultados, pues ante la realidad eso no convence a nadie. Son los resultados los que cuentan.
“Por lo anterior, si la dirigencia del PRI estatal tiene algo de respeto para el partido, para sí y para la militancia, debe disculparse y renunciar de inmediato dados sus nulos resultados. El daño está a todas luces y la carencia de autocrítica los agrava”.
De esta manera, la inconformidad crece y toma adeptos pese a que muchos cuadros han sido amenazados y otros pusilánimes se han retractado, pero son más de mil los que hasta el momento se sostienen en la exigencia del cambio de Guillermo Valencia Reyes quien puede seguir presumiendo su afición a la cerveza y tener asegurada la diputación local, pero no el respaldo de lo que aún queda de militancia y seguidores del tricolor estatal, según sus impugnantes.
