Sergio Cortés Eslava
La guerra intestina de grupos rivales del crimen organizado en las diferentes regiones de Michoacán, donde ya no sólo pelean las narco-rutas de las drogas sino el trasiego interno, han dejado una estela de sangre y violencia que el gobierno –federal y estatal–, no pueden parar: en dos meses de este 2023, en la entidad ya se registraron nueve masacres en igual número de municipios que han dejado 40 víctimas mortales, entre ellas cuatro mujeres y seis policías.
Morelia, Zitácuaro, Aquila, Chilchota, Arteaga, Tangamandapio, Penjamillo, Sahuayo y Ario, son los municipios michoacanos donde en enero y febrero ocurrieron estos asesinatos masivos, donde también han perdido la vida seis policías.
Los casos
En el primer mes del año, Michoacán ya registraba 4 masacres con 16 víctimas, entre ellas 3 policías y 2 mujeres.
El 1 de enero en Morelia, cuando festejaban el Año Nuevo en la colonia Morelos, un grupo de personas fue atacado a balazos con saldo de dos hombres y dos mujeres muertos.
El día 4, en Zitácuaro, la Fiscalía de Michoacán dio cuenta del hallazgo de los cuerpos sin vida de seis hombres, descubiertos en la localidad de Loma Larga.
En Aquila, el 12 de enero, en un campamento clandestino ubicado en las inmediaciones del predio denominado Los Venados, fueron hallados ejecutados tres hombres que pertenecían a la Ronda Comunitaria; después se daría a conocer que los tres policías comunitarios fueron asesinados por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El 22 de enero en Chilchota, cuando realizaban un patrullaje en una zona boscosa del municipio, un grupo de Policías Municipales fueron emboscados; el saldo, tres uniformados muertos.
Febrero no se escapó a las masacres, como se han venido registrado cada mes en este gobierno y de este modo, se contabilizaron 5 asesinatos masivos que dejaron 24 víctimas mortales en los municipios de Arteaga, Tangamandapio, Penjamillo, Sahuayo y Ario.
El 2 de febrero en Arteaga, los cadáveres de cuatro hombres que vestían ropas camufladas y equipo táctico, fueron hallados con huellas de tortura e impactos de bala, tirados a la orilla de la carretera Tumbiscatío – Arteaga, en el lugar conocido como Barranca Seca; se mencionó que uno de los ejecutados sería un cabecilla delincuencial conocido como «El Chivo».
El jueves 16, en Santiago Tangamandapio, a un costado de la carretera Jacona-Los Reyes, fueron localizados los cadáveres de cuatro hombres, todos ellos torturados y con impactos de bala.
El domingo 19, pero en Penjamillo, un sujeto asesinó a balazos a un campesino y dos de sus hijos en la comunidad de El Guayabo; los fallecidos fueron identificados como, Rodolfo A., de 66 años de edad, de ocupación campesino, así como sus hijos, Rigoberto A., de 24 años de edad, de oficio albañil y Miguel A., de 32 años.
El miércoles 22, en el municipio de Sahuayo, la Fiscalía de Michoacán dio cuenta de la ejecución de cinco personas que ocurrió en un parque público; entre las víctimas hubo una mujer de 24 años de edad.
Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 21:45 horas en el parque público Las Brisas, ubicado en colonia del mismo nombre.
Tras el atentado, fueron identificadas dos víctimas: Daniela Z. y Jared Jesús G., de 24 y 18 años de edad, respectivamente.
Días después, el viernes 24, en Ario, se registró un enfrentamiento entre grupos rivales del crimen organizado que dejó como saldo siete sicarios sin vida, entre ellos Claudio Cornejo Salinas, hermano de Gabino Cornejo alias “El Gabino”, jefe de plaza de una célula criminal.