A fin de evitar riesgos a la salud, originados principalmente por enfermedades gastrointestinales, la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM), a través de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), mantiene un monitoreo periódico a las albercas y balnearios del estado para vigilar las condiciones de limpieza y desinfección, antes, durante y posterior a la Cuaresma.
Entre los principales puntos a verificar se encuentra el cumplimiento de la NOM-245-SSA1-2010, la cual establece los requisitos sanitarios y calidad del agua que deben cumplir los dueños y encargados de brindar este servicio a los usuarios.
Cuando la alberca no se encuentre en operación, debe realizarse el mantenimiento físico exhaustivo mediante el tallado y abrasión de piso y paredes, así como la aplicación de productos químicos para la desinfección.
El agua de la alberca debe mantenerse limpia, transparente, y renovarse diariamente al menos en un 5% y contar con circulación de agua de forma mecánica permitiendo la mezcla y movimiento del líquido en todos los sectores de la alberca evitando su estancamiento.
Debe contar con pisos y paredes de material impermeable, con acabado sanitario y accesorios en buen estado para que no exista la presencia de moho o biopelícula.
Para que una alberca sea segura para su uso recreativo se debe seguir esta serie de recomendaciones y con ello evitar la transmisión de enfermedades diarreicas, infecciones de oído o piel; así como irritaciones y sarpullidos producidos por la contaminación del agua.