Ramírez Bedolla se hinca y pide perdón a obispo de Apatzingán
José Cruz Delgado
El gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla tuvo que hincarse ante el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, pedir perdón luego que dijera una serie estupideces como acusar a algunos clérigos de convertirse en voceros de la delincuencia organizada.
Ramírez Bedolla estuvo en Apatzingán fuertemente custodiado mientras la población está desprotegida y a merced de la delincuencia.
Vamos a ver cuántos días van a estar las fuerzas policiacas porque es su costumbre ir a pasearse, sacarse fotos y después retirarse para no molestar a los delincuentes, no sea que vayan a enojar.
En un comunicado del gobierno del estado, que difunde cuando así le conviene, dice que sostuvieron una reunión en la Pastoral Social de la Diócesis de Apatzingán donde expuso Ramírez Bedolla la necesidad de mantener la unidad para preservar la paz y seguridad en la región de Apatzingán, algo que está muy lejos de ocurrir, considerando que Ramírez Bedolla recibió presunto apoyo de grupos fácticos para llegar a la gubernatura que en su momento fue denunciado por diversos actores políticos.
Y hablando del gobernador, este junto con su pandilla pretende por todos los medios a su alcance impedir que el ex gobernador Silvano Aureoles participe en el proceso para elegir candidato a la presidencia. El gobierno del estado sigue con la persecución política contra Silvano Aureoles por órdenes de Andrés Manuel López Obrador que quiere cobrar venganza de los supuestos agravios que le hizo.
Quizá pensaron que la iban a tener fácil, que Silvano se iba a quedar de brazos cruzados, se equivocaron, se toparon con pared, con un político que se las sabe de todas, todas, por eso Ramírez Bedolla le teme y junto con su patrón quieren sacarlo de la jugada.
Me extraña porque Ramírez Bedolla fue empleado de Silvano y parece que no lo conoce.