Michoacán, zona de guerra.
José Cruz Delgado
Michoacán vive en estado de guerra, los enfrentamientos no cesan, sobre todo en la tierra caliente, mientras que el dizque gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla y su secretario de gobierno, Carlos Torres Piña andan más preocupados en temas electorales que en la seguridad de los michoacanos.
Cientos de familias de familias siguen huyendo de la violencia a las ciudades o a la frontera norte en busca de asilo político ante la fallida estrategia de seguridad.
Hace días se anunció que al menos que desde el pasado 9 de junio han arribado alrededor de 800 pobladores de las comunidades Llano Grande, El Alazán, Las Bateas y Tepetate, quienes buscan refugiarse de la violencia en una iglesia ubicada en Apatzingán, que no cuentan con un albergue y han tenido que buscar el apoyo de familiares y conocidos para que les proporcionen refugio y comida.
En un diagnóstico realizado con quienes se refugian en la propia parroquia del Rosario, se determinó que la población más afectada es Las Bateas, pues de los 681 habitantes ya solo quedan cinco familias.
Está situación ya fue notificada a la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación federal, a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para las Personas Refugiadas (ACNUR), al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y al Colectivo de Personas Víctimas de Desplazamiento y Organizaciones Acompañantes.
El Padre Goyo”, calculó que en solo dos días han expulsado a más de mil personas de El Alcalde, Los Tepetates, El Alazán, El Llano y Pinzán Gacho.
Las familias desplazadas se encuentran preocupadas por su patrimonio y el panorama que encontrarán cuando retornen a sus localidades de origen, señaló Francisco Huacus Esquivel, diputado federal.
Detalló que la gran mayoría de la población son campesinos o se dedican a la crianza de ganado, animales que quedaron sin hidratación y alimento desde hace una semana, tiempo en el que los ciudadanos salieron huyendo por los enfrentamientos armados entre grupos antagónicos del crimen organizado.
“Entiendo que algunos ya perdieron algunos animales que murieron acaso de insolación y falta de alimentos, ahí el gobierno del Estado tendrá que valorar poder destinar un apoyo extraordinario para el tema de atención de las familias”, apuntó el legislador federal.
Huacuz Esquivel dijo a un medio local que en la zona de conflicto el Ejército prácticamente restableció el orden, pero consideró que todavía no pueden retornar.
A pesar del temor que, dijo existe entre los ciudadanos, Huacus Esquivel descartó que se registre un éxodo permanente de la población.
Pues es muy optimista el legislador Huacuz Esquivel, pero el desplazamiento forzado no sólo se está registrando en la tierra caliente, también en el oriente y sierra costa a causa de la violencia.
¿Esa es la gobernabilidad que tanto presume Ramírez Bedolla y Torres Piña?
Lo que debería hacer el gobernador es solicitar licencia al cargo que le ha quedado muy grande. Torres Piña también debe renunciar y dedicarse a buscar su candidatura al senado, porque además se ha comprobado que es el peor secretario de gobierno que haya tenido el gobierno del estado, después de Fidel Calderón.