López Obrador, desquiciado y fuera de control
José Cruz Delgado
La ira del presidente Andrés Manuel López Obrador está fuera de control, su desquiciamiento es cada vez más evidente, y eso se refleja en el rencor desmedido que siente hacia las instituciones, incluso, hacia la propia Constitución.
Se dice que ni siquiera los que están cerca de él se atreven a mirarlo de frente y mejor bajan la cabeza, porque la ira la trae a flor de piel.
Poco más de cuatro años no le han bastado para saciar su sed de venganza, incluso contra la clase media a la que detesta.
Un caso reciente es el veneno que soltó contra la Suprema Corte de Justicia de la Nación, bueno, ni siquiera se escaparon sus dos lacayas que tiene incrustadas en el Poder Judicial.
Está tratando este troglodita ahogarla presupuestal mente, si eso no funciona, hará todo lo posible por destruirla, luego de su fracaso de someterla a su capricho.
Su Plan D, consiste en enfrentar a las y los mexicanos y lo hará desde su estúpida mañanera, además enviará a sus gordas morenistas a destruir todo lo que les ordene.
Efectivamente, como legalmente no puede someter a los organismos y estructuras comiciales ni al poder Judicial o en última instancia destruirlos, él se asumirá como el “gran elector” y decidirá si los procesos son fraude o legales como una forma de sostenerse en el poder o imponer a alguna de sus corcholatas.
Desde el púlpito arenga a sus huestes para no dejar piedra sobre piedra en el andamiaje y estructuras democráticas; acusa de facciosos a los ministros y él mismo se asume como líder de la nueva mafia en el poder.
López Obrador se ha convertido en un ser autoritario y fuera de sus cabales toda clase de improperios con las y los integrantes de la SCJN, incluso, llamó, de manera cínica y cobarde autoritarios a los ministros que no se doblaron ante amenazas y chantajes, porque su meta es acabar con la democracia para someter a las sociedades, mediatizarlas, empobrecerlas, esclavizarlas.
Odio y venganza transpira el mesías tropical quien lejos de asumirse como presidente de la República, se alza como lo que es, un barbaján, ignorante y soberbio que escupe epítetos, ofensas, calumnias, amenazas y jefe del cártel en el poder para quien no hay más ley que su palabra en un reflejo fiel de su vocación autoritaria, dice el maestro Rocha.