Juicio político a Ramírez Bedolla por omisión
José Cruz Delgado
El único responsable de la violencia en Michoacán es el que cobra como gobernador de nombre Alfredo Ramírez Bedolla, también los diputados morenistas y aliados que, pese a tantos hechos violentos no se atreven a pedirle cuentas para no perder privilegios, y al pueblo al que dicen amar lo mandan a la “chingada”, y no precisamente al rancho del tristemente célebre Andrés Manuel López Obrador.
Desde hace tiempo, los legisladores debieron hacer comparecer ante el congreso a Ramírez Bedolla para que explicara el por qué la escalada de tanta violencia, incluso, llevarlo a juicio político por omisión, a él y a otros funcionarios como el secretario de gobierno Carlos Torres Piña, sin embargo, han preferido guardar silencio y convertirse en presuntos cómplices de la delincuencia organizada.
En lugar de resolver el tema de la inseguridad, tanto Ramírez Bedolla como sus sirvientes legisladores(as) han convertido al congreso en el Santo Oficio para perseguir a sus adversarios políticos.
Y es que el lacayo diputado plurinominal y aún presidente de Morena, amenaza con llevar a juicio político al presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, con quien junto con el gobernador mantienen una pugna política porque no lo han podido doblegar ni mucho menos derrotarlo en las urnas.
Este diputado anda muy encabronado con Poncho porque Ramírez Bedolla y Morena no pudieron instaurar gobiernos autonomía en dos tenencias de Morelia y no se lo perdonan. Hay pruebas suficientes de que el gobierno del estado intervino presionando a las y los habitantes para que se separaron de Morelia, sin embargo, no lograron su cometido y ello los hizo enojar a tal grado que acusaron al edil de de haber intervenido “indebidamente” en la elección de autogobierno en Capula y San Nicolás de Obispo, incluso, un diputado de Morena acuso al gobierno estatal de presionar a la población.
Miente Celis Silva, fue el gobierno de la 4T quien de manera canallezca intimidó a la gente de ambas poblaciones.
Fue la propia población la que le dio una patada en el trasero a Morena y al gobernador pese a ser presionados e intimidados por presuntos funcionarios enviados por Ramírez Bedolla.
La gente no quiso autogobierno y eso les dolió y no se lo perdonan a Poncho.