PODER PÚBLICO

La sangre corre en Michoacán y el gobernador en Italia

Dicen que Ramírez Bedolia tiene más de tres años de vacacionando, o sea, haciéndose maje, nadando de a muertito, que si bien no ha tomado vacaciones oficiales, parece vivir en un constante “recreo”.

Por cierto, se comenta que salió más enamorado que su antecesor Silvano Aureoles, pues le tira a todo lo que se mueve.

Ya es costumbre del inútil gobernador que se largue fuera del país sin notificar al congreso local. La verdad que finge trabajar para justificar su sueldo, reitero, simplemente está navegando de a muertito ante su incapacidad para gobernar.

Mientras todos los ex gobernadores han logrado avances en sus mandatos, Ramírez Bedolla va en retroceso, especialmente en temas de seguridad pública, ya que el estado enfrenta un caos generalizado en este ámbito.

En un escenario marcado por la violencia y la inseguridad, Alfredo Ramírez Bedolla ha sido duramente criticado por su aparente indiferencia ante la situación en Tierra Caliente. A pesar de las declaraciones oficiales que aseguran que no hay conflictos ni inseguridad en la región, la realidad que enfrentan los habitantes y productores cuenta otra historia.

No es solo en Tierra Caliente ha sido escenario de múltiples incidentes violentos, es en todo el estado, ante la indiferencia u omisión del gobernador cuatrotero. La violencia incluye también extorsiones y enfrentamientos entre grupos delictivos.

La falta de una respuesta efectiva por parte del gobierno estatal ha generado un clima de incertidumbre y desesperanza entre la población que sufre las consecuencias de la violencia y la negligencia gubernamental.

En momentos en que se requiere una intervención urgente y decidida, la falta de acción de Ramírez Bedolla pone en riesgo no solo la estabilidad económica de Michoacán, sino también la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.

Hasta ahora, la administración de Ramírez Bedolla parece más interesada en mantener una imagen de control y estabilidad que en enfrentar la cruda realidad que asola a Michoacán.

Esta inacción se debe a que el gobernador presuntamente tiene nexos con los grupos criminales. El más duro crítico ha sido el sacerdote conocido como Padre “Goyo”, quien ha hecho severas acusaciones contra el gobernador Ramírez Bedolla, a quien lo ha calificado como el criminal más grande de Michoacán y jefe de los delincuentes, incluso, que Ramírez Bedolla es más peligroso que los propios delincuentes debido a su supuesta capacidad para proteger a criminales y convertir en enemigos a personas de bien.

Mire usted hasta dónde llega su grado de incompetencia y cinismo, no hace mucho, recomendó a la ciudadanía evitar conducir de noche para reducir el riesgo de violencia.

“Por seguridad, no manejen de noche”, declaró, subrayando la peligrosidad que representa transitar por las carreteras estatales después del anochecer.

Ramírez Bedolla no solo pone de manifiesto la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sino que también representa una admisión de la falta de control sobre el territorio michoacano.

Ana María López, representante del colectivo “Michoacán Seguro”, expresó en su momento indignación ante las palabras del gobernador al señalar que es inadmisible que, en lugar de implementar medidas efectivas para combatir la delincuencia, nos pidan quedarnos en casa. “Esto solo evidencia la impotencia del gobierno frente a la violencia”.

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