PODER PÚBLICO

Claudia y AMLO seguirán siendo un peligro para México

José Cruz Delgado

El triunfo de Claudia Sheinbaum traerá como consecuencia la implementación del absolutismo en nuestro país y con las reformas constitucionales se desaparecerán las instituciones y crear otras a modo, dando paso a la creación de un régimen similar al de Venezuela tal y como sonaba Andrés Manuel López Obrador, quien no disimula su admiración por Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

¿Qué es el absolutismo? Es un régimen político en el que una autoridad domina todas las manifestaciones del poder del Estado, que puede ejercer sin límites.

Sheinbaum será una Emperatriz que servirá para decorar Palacio Nacional, pues el poder atrás del trono lo ejercerá López Obrador.

Asumiéndose como la nueva Emperatriz realizará otra gira acompañada por su amo Andrés Manuel López Obrador, quien a través de Claudia refrenda su permanencia en el poder otros seis años más. En su aparición pública en el Zócalo capitalino, se desvivió lanzándose loas a su creador y dijo que cumplirá con todos los compromisos de la cuarta transformación, como redactar una nueva Constitución, así como la elección de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por voto popular.

Por lo pronto seguirá la opacidad y corrupción y no habrá rendición de cuentas a los mexicanos como hasta ahora y los hijos del presidente seguirán haciendo negocios ilegales al amparo del poder presidencial.

La elección de Estado le funcionó muy bien a López Obrador y a Morena porque hubo una intervención descarada del Poder Ejecutivo.

Por eso está feliz porque todas sus reformas serán aprobadas sin quitarles una coma pues la oposición estará de adorno, de mirandilla, como dicen en mi tierra.

Lo peor es que Ramírez Bedolla se burla de las y los michoacanos al asegurar que con este triunfo se logrará una mayor gobernabilidad en el estado cuando está no existe, pues quien gobierna es el crimen organizado.

Por cierto, posiblemente la debacle electoral de la oposición no hubiera sido tan estrepitoso si el presidente del PRI, Memo Valencia Reyes no le juega al esquirol y no rompe la alianza con el PRD y PAN, pero pudo más el interés personal de este chantajista y traidor. Le apostó a la división y ganó, le salió bien la jugada junto con Morena.

La debacle priista fue escandalosa y Valencia Reyes, ya le echó la culpa de su fracaso a López Obrador. “Ganarle a la marca Morena está cabrón”, dijo.

Bueno, hasta calificó como positiva la derrota de su hermano René quien compitió por la presidencia municipal de Morelia.

Memo debe dejar la presidencia del tricolor por los desastrosos resultados junto con todos los que integran dicho comité y haya una auténtica renovación.

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