El festín de la ignominia
José Cruz Delgado
Hay que reconocerlo, el gobernador morenista Alfredo Ramírez Bedolla resultó todo un maestro en el arte del acarreo, la mentira, el manipuleo y la dádiva, como lo demostró el domingo.
“Soy el resultado de un movimiento”, dijo el cínico Alfredo Ramírez Bedolla, quien presuntamente presentó el Plan Morelos, si, no hay que negarlo, es resultado, pero presuntamente del crimen organizado.
No presentó ningún plan, fue un evento a todas luces político en apoyo al tirano Andrés Manuel López Obrador, con muchos acarreados (invitados) traídos de los municipios donde gobierna Morena.
Para este evento dispuso de recursos del erario público, pues gente de Morena llegó a las bases de las rutas de combis ofreciendo tres mil pesos por llevar a la gente, y siete mil pesos por autobús, amén de la torta, refresco, despensas y dinero en efectivo.
De esta manera, el espurio gobernador trató de legitimarse. Fue todo un festín político, asistieron al estadio Morelos los chairos, puro morenista porque la sociedad civil lo mandó al diablo, el pueblo agraviado lo ignoró. Lo mandó a la chingada.
En su locura, Ramírez Bedolla hizo la propuesta de que se amplíe la Constitución para que la 4T se consolide.
En dos años de Ramírez Bedolla como gobernador no ha hecho otra cosa más hundirlo en la mediocridad y otorgando impunidad a los delincuentes.
Claro, no podía faltar el ingrediente en su evento, él mismo se catalogó como honesto y trabajador. ¿para quién trabaja? Posiblemente para esos grupos fácticos que lo apoyaron, porque para Michoacán no.
Tiene razón, no es igual que sus antecesores, resultó el peor de todos.
Si el dizque gobernador respondiera a los intereses del pueblo michoacano, como asegura, no habría tanta violencia, pero es de la opinión pública que responde a otros intereses.
Alfredo Ramírez Bedolla no dijo nada nuevo, solo repitió el discurso del amo, el mero mero que manda en el estado de Michoacán.
Lo del Plan Morelos fue una jalada para agradar al Emperador Andrés I.
Pues bueno, ayer domingo se llevó a cabo la farsa por parte del dizque gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y su partido Morena al presentar el Plan Morelos en el estadio del mismo nombre con el fin de promover la maldita cuarta transformación que tanto daño le ha hecho a nuestro México, y todo por quedar bien ante su amo y señor, su Majestad Andrés I, porque sabe que son los eventos que le agradan y que hacen crecer su vanidad.
Hubo despilfarros de recursos públicos pero lo negarán diciendo que los acarreados, perdón, invitados, fueron por su propia cuenta, que pagaron sus gastos, y de esa manera burlar la ley.
La dirigencia estatal dijo que no permitirá que el gobierno de Michoacán haga uso de recursos públicos para promocionar la llamada cuarta transformación, pero finalmente lo permitieron, nada hicieron para evitarlo.
El Bedolla Fest se llevó a cabo, pues la consigna fue que se realizara costara lo que costara aunque se violara la ley, ya sabe usted que a los morenistas les valen madre las leyes.
Los panistas dijeron que “no era momento para que con el aparato de gobierno se hiciera un acto con acarreados” para que sigan idolatrando a Andrés Manuel López Obrador, pero ya ven que sí, con tal de adorar a su Majestad todo momento es bueno para Morena y sus aliados.
De aquí en adelante, a los gobiernos morenistas les van a sugerir ocurrencias y locuras desde Palacio Nacional para apoyar a quien sea el “defensor o defensora” de la desgraciada cuarta transformación, que no ha sido más que una desgracia y una maldición para nuestro país.
No importa que Michoacán se esté bañando en sangre por la violencia, no importa que haya enfrentamientos y ejecuciones, no importa que el estado se esté incendiado, para Ramírez Bedolla lo importante es adorar a su Majestad.
Ramírez Bedolla presentó lo mismo que su amo, no hubo nada novedoso, las propuestas son las mismas de ser Majestad, como el que en Michoacán los jueces y magistrados sean elegidos a través del voto popular, apoyar las reformas eléctrica, electoral y eléctrica de Andrés I, entre otras.
O sea, repitió el mismo discurso de su “Santo Patrón”, y propuso apoyar sus mismas locuras, pues ya ve usted, están iguales de locos.
Y para no desentonar defendió, como era de esperarse, la distribución de los Libros de Texto Gratuito, al asegurar es un ataque al derecho constitucional a la educación, es traición a la Patria quien se opone.
No, nadie se opone a la distribución de libros de texto gratuitos ni a la educación, ahí se equivoca Ramírez Bedolla, se está en contra de que se prenda aplicar la ideología de un sólo hombre solo por capricho, como en Venezuela, Cuba y otros países con gobernantes dictadores, en una palabra, se está en contra de que no se les quiera dar la oportunidad de elegir su propia ideología, sino que el obradorato les quiera imponer la suya, como si las locuras de la 4T fueran buenas.
Y por si a alguien le quedaba dudas de que fue un acto político el realizado por los morenistas, él mismo reconoció que el evento fue una respuesta “a los reaccionarios, a los conservadores” que se oponen al “avance de los derechos” y por tanto se tenía que accionar al respecto.
Y como era de esperarse, advirtió que pese a los amparos, su gobierno habrá de entregar los libros de texto gratuito, así que las leyes que juraron respetar, como él, que se vayan a la chingada.
Alfredo Ramírez Bedolla ya actúa y piensa como un “dictador de pacotilla”, reitero, al igual que su “patroncito”, su Majestad Andrés I, que vive en Palacio Nacional.
El PRD también dijo que el acto de Ramírez Bedolla fue un acto político disfrazado de institucional, con el derroche y despilfarro de recursos públicos. Tiene razón, no se trató de una actividad gubernamental, por el contrario, y sí, hubo acarreo masivo, pasarela política y reparto grotesco de alimentos a los asistentes, “igual como en el viejo régimen y a la usanza de morena”.
No hubo nada que celebrar ni motivos para convocar a esta movilización, que evidentemente tuvo tintes políticos.
¿Qué van aplaudieron y qué festejaron? ¿el alto índice delictivo y la inseguridad? ¿que no hayan logrado federalización de la nómina educativa?, ¿que no han rehabilitado centros de salud y escuelas públicas afectadas por los sismos?, cuestionó Ocampo.
Bueno, hasta el otro desquiciado de nombre Gerardo Fernández Noroña, le reprochó a Ramírez Bedolla al decir que con su evento “lo chingó”.
El chiste de la semana es del petista Gerardo Noroña: ¿Cómo voy a declinar si les voy a ganar?