Orlando Daniel Hernández
A pesar de que presumen de atención pronta y especializada, campañas de salud y estándares de vacunación y mejoras en general, el servicio que se ofrece en el Hospital Regional de Charo del Seguro Social advierte deficiente, tardío y de malos tratos.
Portal Hidalgo constató este domingo la deficiencia que en el área de urgencia ofrecen a los derechohabientes.
Llegan niños y personas con diversos padecimientos y desde el primer filtro se presentan los problemas para los asegurados.
“Pase a que le tomen sus datos, ahorita lo atendemos, espere, ya sabe hay prioridades, hay varios colores en las prioridades naranja, verde y azul según sea el caso”, son las primeras argucias que esgrimen los receptores para canalizar al paciente.
Tiempos de espera que se prolongan por lo menos 120 minutos.
Es un día frío y acrecientan las enfermedades respiratorias, pero llegan a demandar atención fracturados, con calentura, dolor de ojos, infantes con tos, hay de todo pero la tención es inhumana.
Uno de los enfermos llegó con dolor de huesos y fiebre, se le tuercen las manos, le aplican una inyección y tienen que pasar hasta cinco horas para ser ingresado previo pase de lista.
Háganme el favor llegamos antes de la una de la tarde y ya son casi las seis, se quejaron los familiares.
¡No mames!… Expresan indignados los familiares, “esto es una burla, porque hacen esto, mejor que digan si lo atenderán o no, por favor hagan algo…”, dice entre llantos la madre del joven quien por el dolor está a punto del desmayo.
“Aquí siempre es así, dicen que hay prioridades, pero en realidad no hacen su trabajo”, platican en la sala de espera dos señoras una con muletas y otra en sillas de ruedas, “parecemos limosneros”.
Eso sí llega el guardia de seguridad y grita: “¡Todos afuera sólo el paciente!”, lo que propicia enfrentamientos verbales con los familiares de los enfermos.
De pronto en medio de la marabunta arriba a la sala de espera un doctor tal vez practicante, se nota su inexperiencia y señala a manera de excusa: “a mi no me tocan los de aquí”, cuando han llegado además varios heridos y un infartado…
Ante tanta negligencia, unos se van con su enfermo y otros se quedan a enfrentar las horas de suplicio, bajo la expresión: “¡Pinche seguro parecemos limosneros!…