Incautos y pendencieros
Somos como mariposas que vuelan
durante un día pensando que lo harán para siempre.
Carl Sagan
Arturo Suárez Ramírez/@arturosuarez
Dicen los que saben que hay que revisar y tener presente a la historia para no repetirla, más cuando se trata de un personaje como Donald Trump, un pendenciero en toda la extensión de la palabra, se la aplicó a Enrique Peña Nieto, a López Obrador y Marcelo Ebrard y ahora a la presidente Claudia Sheinbaum Pardo y no aprenden la lección.
Solo para entender, pendenciero es una persona que tiende a buscar o provocar peleas o discusiones. Es alguien conflictivo, que disfruta de la confrontación y no suele buscar soluciones pacíficas. Dígame si no aplica para el electo republicano qué tomará protesta como el presidente número 45 de los Estados Unidos, eso será el próximo 20 de enero, pero mientras ya dio muestras para donde va en su relación con México.
Otro calificativo que bien puede aplicarse en este contexto es el de incauto, se entiende como una persona que carece de cautela, precaución o malicia. También es alguien ingenuo, crédulo o que confía demasiado en los demás y eso se les puede aplicar a los últimos tres gobiernos que han interactuado con Donald Trump. O como dicen en el pópulo, los ha “chamaqueado” a todos.
A Peña Nieto lo usó para que le hiciera campaña y lo recibieron como candidato con los honores de jefe de Estado. Aunque ya había lanzado su ponzoña contra los mexicanos a los que llamó violadores y malas personas. En aquellos entonces todos los actores políticos cerraron filas en torno al presidente Peña, incluso López Obrador. Por cierto, ese detalle lo recordó Sheinbaum en su mañanera.
El Pejelagarto escribió un libro donde decía que lo pondría en su lugar, pero a la hora buena, el tabasqueño mostró su tamaño y era pequeño. Marcelo Ebrard le concedió que de este lado de la frontera se convirtiera en un dique para la migración. Luego López fue a la Casa Blanca y ahí se comportó como no lo hacía en Palacio Nacional, hasta leyó fluido. Después al qué consideraba su amigo se divirtió diciendo que no había visto doblarse a nadie como a López y a Ebrard. Aunque lo quisieron minimizar, el magnate de los medios ya les había dado una tunda.
Recientemente Marcelo Ebrard explicó que México tiene el 80 por ciento de probabilidad de ganar la guerra de aranceles contra Trump, ya que Estados Unidos necesita del comercio mexicano, además de que su inflación se dispararía con las medidas del presidente electo estadounidense.
El secretario de Economía remarcó que Estados Unidos depende de México en tres sectores para combatir los problemas que enfrenta actualmente: la economía: comercio, inversión y migración, y la lucha contra el fentanilo.
En los últimos días se ha desatado una gran controversia por el T-MEC y la renegociación que buscarán en Washington. Lo mismo hay presión en algunos estados de Canadá para que se salgan de esa sociedad. Pero al igual que en el sexenio pasado los hechos van por un lado y por el otro la narrativa oficial y en esa van ganando, aunque sea una fantasía.
Es muy importante ser cautos con las formas, es mucho lo que está en juego para nuestro país, claro que eso no significa bajo ninguna circunstancia tirar la dignidad, por el contrario, no caer en el juego de Trump. La carta de Sheinbaum provocó una llamada entre mandatario y luego el juego de declaraciones donde dice el presidente electo de EU, que Claudia Sheinbaum ha aceptado detener la migración y el tráfico de drogas de inmediato, ósea su versión de la comunicación qué mantuvieron.
Trump ya les dio una muestra de cómo va a tratar a Claudia Sheinbaum y a México y no es trato de socios, es de un pendenciero hacia los incautos… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.