Con maestría para insultar
La vida es la memoria del pueblo,
la conciencia colectiva de la
continuidad histórica,
el modo de pensar y de vivir.
Milan Kundera
Arturo Suárez Ramírez/@arturosuarez
Es una verdadera pena lo que le ha sucedido al presidente de la República. Aquel que se ufana de no reunirse con grupos que tienen exigencias validadas y le corre a las mentadas de madre de los damnificados de Acapulco porque pone en riesgo de mancha la investidura presidencial.
Pero aquella investidura la arrastra peor de Peña Nieto y su ominosa corrupción, o peor que Felipe Calderón y sus muertos resultados de la guerra narca, en esos rubros los ha superado el Pejelagarto quien defiende con insultos sus paupérrimos logros, va contra sus críticos y su despedida no es nada tersa.
A unos días de que se vaya de Palacio Nacional, el tabasqueño sigue peleando con sombras, se sigue confrontando con los periodistas que lo exhibieron más de una vez, los que no le siguieron el juego del fraude del 2006 porque no hubo evidencia.
A estas alturas y con sus encuestas que le dan hasta más del 80% de aprobación debería ser un festejo sus últimos días. Pero no, prefiere hablar de la “amistad” con Ciro Gómez Leyva y por fin se atrevió a nombrarlo como “adversario” y todo porque el macuspano se vio obligado luego de la respuesta del comunicador a un ataque más.
Y como siempre le digo, las audiencias son las que deben calificar el trabajo de los reporteros y que cada uno defiende día a día, pero es obvio, transparente el embate de López, un humanista que destila veneno contra quienes le gritan “es un honor estar con Obrador” y le agradecen lloriqueando, para ellos hasta huevo con un bolillo, y para quien recibió un cobarde ataque ni un mensaje de solidaridad.
Pero no solo es Ciro Gómez Leyva que afortunadamente salvó la vida, se trata de los 43 comunicadores qué perdieron la vida en este sexenio, también de los 92 activistas muertos, de los ambientalistas puestos en la picota desde la conciencia matutina usando recursos públicos. Ahí están los que se acogieron al mecanismo de seguridad para periodistas y que siguen en peligro.
Más allá de las burlas del presidente López, de sus moneros ramplones, de Elizabeth García Vilchis a la que la excusa la ignorancia y de sus propagandistas como el hacedor de narco series Epigmenio Ibarra, está la responsabilidad que este gobierno no puede eludir y es la de garantizar seguridad para todos los mexicanos y entre ellos a los periodistas que no somos más que nadie, pero tampoco menos como se quiere desde Palacio Nacional y su vocería.
López Obrador se va a su rancho y más allá de frases aprendidas sobre periodismo y sus clases chafas desde su púlpito, se lleva una deuda, le ganó la intolerancia, la censura velada y el veneno del que no sabe odiar… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Los que hoy gobiernan y son mayoría en las cámaras se les olvida que fueron oposición. Critican e insultan a los estudiantes que marchan en contra de la reforma al Poder Judicial como hicieron muchos con las Reformas Estructurales del Estado. ¿Desde cuándo monopolizaron las protestas o la calle?
Hoy se parecen al viejo régimen intolerante.
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