¿Superiores morales?
¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar
máquinas a Marte y no hace nada para detener
el asesinato de un ser humano?
José Saramago
Arturo Suárez Ramírez/@arturosuarez
Que rápido se les olvidó la superioridad moral que pregonaba el presidente López Obrador. Al inicio del sexenio decía que si el presidente era honesto los demás lo serían y hasta mandó hacer miles de cartillas morales para regalarlas. Parece que sus más cercanos no las leyeron.
La marca ya la tienen en la frente y el Pejelagarto no supo barrer las escaleras de la corrupción, ahí queda el escándalo en Segalmex que sacudió a la 4T, nada más 15 mil millones perdidos por un funcionario de toda la confianza del presidente. Lo que parecía ser un programa para garantizar el abasto de alimentos básicos a las comunidades más vulnerables, se convirtió en uno de los mayores fraudes de la administración actual y el responsable protegido.
El caso de Ignacio Ovalle, quien a pesar de ser removido de Segalmex en medio de un escándalo de corrupción, no solo ha mantenido su posición en el gobierno, sino que ha sido recompensado con un nuevo puesto en la Secretaría de Gobernación (Segob), es una muestra más de la desconexión entre la retórica oficial y la realidad de la administración pública.
Ovalle fue trasladado en abril pasado al Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed), una entidad cuyo nombre sugiere un compromiso con el fortalecimiento del federalismo y el apoyo a los ayuntamientos. Sin embargo, en una administración que ha demostrado una marcada centralización del poder y una desatención a las necesidades municipales, este nombramiento resulta no solo irónico, sino también insultante para quienes realmente trabajan por el desarrollo local.
No se debe olvidar que la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades que duplican las cifras de la infame “Estafa Maestra”. Contratos inflados, empresas fantasmas y desvíos de recursos son solo algunas muestras y lo que falta, seguramente cuando López esté en su finca sabremos más, pero en Sheinbaum y los suyos encontrará la tapadera perfecta.
La ASF ya presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR) por irregularidades que ascienden a 2 mil 577 millones de pesos en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex).
Lo más grave es que estos recursos públicos desviados deberían haberse destinado a combatir el hambre y la desnutrición de los más vulnerables, esa bandera que utilizó como candidato. Podríamos decir que terminaron robando a los más pobres para enriquecer a unos cuantos.
La magnitud de las irregularidades detectadas y el tiempo que han transcurrido sin que se tomen acciones contundentes para corregir el rumbo, subrayan la urgencia de una reforma profunda en la administración pública. No basta con denunciar y procesar a los responsables; es esencial instaurar mecanismos de control y supervisión más rigurosos que prevengan futuros actos de corrupción.
¿Por el bien de todos primero los pobres? Este caso pone de manifiesto la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y vigilancia en el gobierno, así como de castigar a los responsables sin importar su nivel jerárquico, aunque sea compadrito… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
El gobierno de López Obrador sigue paralizado y apuesta al olvido de la opinión pública con respecto al operativo y captura de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López. Los días pasan y las respuestas son las mismas, o sea nadie sabe y nadie supo en la administración que se jacta de ser diferente y el ejercicio de gobierno que es la mañanera no le alcanzó, así se fueron casi seis años.
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Hasta la próxima.