Obsesión, forma de vida

TOC desde los 15 años Luis Repper Jaramillo

lrepperjaramillo@yahoo.com

OBSESION.- preocupación o atención compulsiva irracional o recurrente hacia una sola cosa

El enfermo tiene la necesidad obsesiva de ser correspondido por la persona que ama (AMLO vs FCH). Su TOC enfocado hacia el amor, lo manifiesta (desde su atril mañanero) de manera impulsiva, agresiva, limerencial. Patología alarmante, sobre todo cuando es Jefe del Ejecutivo.
Detrás del cargo, está la demencial actitud del hombre, Andrés Manuel López Obrador, como obsesión y venganza, porque en 2006, lo derrotó en las urnas el panista Felipe Calderón Hinojosa, lo que consideró un fraude, robo de la elección.
En todo caso, el michoacano no es responsable de la frustración, ira, fracaso de Andrés Manuel, sino la decisión legal, oficial, constitucional del Instituto Nacional Electoral (INE), confirmada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) Esto detonó en el carácter del tabasqueño en odio, rencor, vindicta contra quién cree cometió “estafa” (FCH). Alguna vez acusó a los mexicanos (todos) de no apoyarlo, en su intento por recuperar –lo que a su mínimo juicio- le correspondía: la presidencial de la república.
Por eso el bloqueo de Paseo de la Reforma por más de 48 días. Por eso se auto proclamó “presidente legítimo” (de su república amorosa), y desde el Zócalo del entonces DF, calificó de “espurio” el gobierno calderonista. Llamó a sus huestes, aun en el PRD, a multitudinaria campaña de desobediencia civil no violenta (ya asomaba su rencor, violencia, frustración, odio) En ese mismo escenario, ya encarrerado, soberbio, envalentonado e idolatrado, por los que, a partir de 2018 se conocerían como chairos, amlovers, aduladores, pejezombies, acarreados, pagados, Andrés Manuel, escupió una frase que a futuro mostraría su arrogancia y desprecio por la Constitución, sus leyes, el Estado, la división de Poderes, la legalidad.
Sin medir las consecuencias de sus dichos, actos, “sus datos” lanzó, encabronado, “al diablo sus instituciones” Estaba claro, adelantó que de llegar algún día a la presidencia de la república gobernaría como él quisiera, no dentro del Estado de Derecho y como lo marca la Carta Magna… ¡¡¡y cumple!!! Hoy que detenta el poder hace lo que quiere, viola reiteradamente la Constitución, (des) gobierna por decretos, ocurrencia, caprichos y mal sanas intenciones.
Esta perversa actitud de Andrés Manuel López Obrador no es nueva. Recurriendo y consultando a especialistas de la psique, encuentro que esta obsesión enfermiza del Peje viene desde su tierna edad, a los 15. Los síntomas del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) aparecen durante la niñez (aprox. a los 10/15 años), en la mayoría de las personas el Trastorno se consolida a principios de la edad adulta. El enfermo tiene obsesiones, compulsiones o ambas.
A sus escasas 15 primaveras, Andrés vivió la experiencia más impactante y dolorosa que cualquier ser humano podría soportar: el asesinato (muerte) de su hermano José Ramón –de apenas 14 años- Una bala penetró en su cabeza –de abajo hacia arriba- disparada por una pistola Súper Colt, calibre 38, que según las crónicas periodísticas de Tabasco (Periódico Rumbo Nuevo: el diario de la vida tabasqueña, del 9 de junio de 1969. Diario de Tabasco, Sección Vida y Verdad de la Provincia, entre otros, detallan que José Ramón yacía muerto con la cabeza hacia la calle y los pies, al interior de la tienda de telas “Novedades Andrés” propiedad de sus padres Andrés López Ramón y Manuela Obrador González, que ese día atendían Andrés Manuel y José Ramón, sólo ellos dos estaban en el local.
El revólver, propiedad del papá, era jugueteado por ambos, en movimiento repentino -describen los medios y avala la procuraduría del Estado de Tabasco-, José Ramón corrió hacia la entrada del negocio y en instantes el estruendo del disparo cegó la vida del muchacho.
Ese pasaje, con apenas 15 años de edad, impactó en la mente, sentimientos y matiz de AMLO, transformados ahora en frustración, ira, venganza, odio, desprecio, complejos, obsesión, psicosis. Perturbación en su actitud, personalidad, vileza, contra todo y contra todos… menos, claro, contra sus larvas, aduladores, chairos, pejezombies, adoradores y gusanos que lo idolatran: “ellos son buenas personas”, presume, pero hay malas también, como los panistas, priistas, quienes no coincidimos con sus caprichos, lo criticamos, exhibimos, acusamos.
Así lo expuso el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cuando en su spech mañanero escupió (chequen el dato) “me uno a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer divido en buenas, las que luchan, las que han venido abriendo paso, tanto en las luchas cotidianas, que tienen que ver con su trabajo, con sus familias, en el papel que desempeñan en sus puestos. Y las malas, dijo, ahora los panistas son feministas. Son muy hipócritas, son capaces de infiltrar en las manifestaciones a vándalos (el burro hablando de orejas o experiencia propia), imaginen –acusó- los que quieren destruir el Palacio, lo toman para que haya nota nacional, internacional” ¡Ni al caso las alusiones! Pero esa es la obsesión de López, siempre acusar al PAN (por Felipe Calderón) por su psicopatía y compulsiones.
Los sicólogos aseguran que las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes mentales que se repiten y provocan ansiedad, como tener cavilaciones agresivas hacia los demás: retahílas cada mañanera desde el atril de Palacio Nacional o en discursos de eventos oficiales contra conservadores, neoliberales, fifís, mafia del poder, mafia de la información, aspiracionistas, Clasemedieros, “tengo otros datos”, delincuentes de cuello blanco.
Su campaña de odio y rencor contra la Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández, contra el Poder Judicial, el INE, el TEPJF y Felipe Calderón Hinojosa (su bandera de odio y rencor. Status natural), son reflejo de sus patologías acumuladas desde los 15 años (episodio descrito), pues no tolera que alguien o alguno tenga la razón o triunfe por méritos propios y lo exhiba como equivocado, falso, indiferente, incapaz.
El caso de la Ministra Piña -a quien el loco se atrevió a calificar de delincuente, por hacer su trabajo- es su frustración de hoy, pues quería que, en el relevo constitucional en la Corte, hubiese quedado su incondicional, larva, gusana y ahora “ministra pirata” Yasmín Esquivel Mossa, que, por obvias razones éticas, morales y profesionales, le fue impedido por transa y corrupta. Para colmo de malas, ninguno de sus lacayos en la SCJN tuvo la capacidad y calidad moral de competir. Triunfó la proba, inteligente, valiente y profesional Piña Hernández, que quitó el yugo que desde Palacio Nacional tenía López Obrador durante la presidencia del gusano y lamebotas Arturo Zaldívar Lelo de la Rea, sobre las decisiones del Poder Judicial (Corte y Judicatura).
Son notorios los síntomas mentales que del TOC padece Andrés Manuel. Los especialistas consultados coinciden en que esta patología causa angustia y le originan comportamientos que interfieren en las actividades cotidianas (odio en sus mañaneras, discursos, acusaciones sin pruebas, denostaciones). El enfermo de TOC suele sentir la necesidad de remarcar las cosas repetidamente (neoliberales, fifís, conservadores, traidores, Clasemedieros) o realizar rutinas durante más de una hora diaria (mañaneras), como forma de lograr alivio temporal de su ansiedad.
La genética es un factor asociado al TOC. Puede ser por un pariente de primer grado (padre, madre, hermanos, hijos) ¡qué bonita familia! ¡Qué bonita familia!
Factores biológicos también juegan papel fundamental en el paciente. Estudios de imágenes cerebrales muestran que el enfermo a menudo presenta diferencias en la corteza frontal y las estructuras subcorticales del cerebro. Estas áreas fundamentan la capacidad de controlar el comportamiento y las respuestas emocionales. Las redes cerebrales y procesos biológicos desempeñan una función esencial en el pensamiento obsesivo, el comportamiento compulsivo, el temor y la ansiedad asociados.
Seguro en su quirófano especial y exclusivo que montaron en Palacio Nacional para atender su “salud”, las cosas no van bien o la soberbia de Andrés impide a los galenos realizar su trabajo, porque no se ven resultados positivos –o al menos resultados- en el señor López.
Especialistas en psicología, psiquiatría, neurólogos, internistas, aseguran la existente relación entre un trauma infantil (Novedades Andrés) y los síntomas obsesivos compulsivos, pues el “pequeño americano” sigue atado a su pasado personal y político (su odio enteco a Felipe Calderón), amargura, frustración, cobardía del presente. Su agresión mediática, discursiva, verbal, oficial, contra la Ministra Piña Hernández, es por su llegada a la Corte que le quitó el Poder Judicial, del que durante 4 años sacó provecho con la complicidad del gusano inmundo Arturo Zaldívar Lelo de la Rea.
En verdad, Andrés Manuel no está bien de sus facultades mentales, lo saben sus médicos, los medios de comunicación, periodistas, los mexicanos, que no tenemos facultades constitucionales para revocar su mandato. Quienes deben hacerlo “comen en la mano” del Loco de Palacio.
Nos quedan dos recursos a los mexicanos dignos y de bien: las elecciones de este año en Coahuila y Estado de México. En 2024, la presidencial. Ni un voto a Morena y candidatos será nuestra salvación como país democrático y con derechos.

*Colaborador de los Grupos Editoriales Digitales grupometropoli.net, radioexpresionmexico.com, mexiconuevaera.com, pausa.mx, aldeadigital.mx

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