Transformando
Abelardo Pérez Estrada
En las últimas semanas, cambió la agenda del presidente, lo hemos visto, sorprendido y enojado, incluso obsesionado, con el monstruo político que despertó, porque él no lo creó, únicamente lo despertó y le dio volumen a esa voz que representa a miles, incluso millones de mexicanos que han sido agraviados durante los últimos cinco años.
El presidente, muestra una obsesión por Xóchitl Gálvez, por su origen, por si vendió tamales o gelatinas, que si sus empresas, que si tiene mil 400 millones, o quizá por la verdad, una mujer que quitó de la escena nacional a sus corcholatas y por primera vez en su sexenio, perdió el control de la sucesión presidencial, cuando hace unos meses, ya había repartido cargos a las “corcholatas” perdedoras.
Esta obsesión, adoptada por los feligreses que están en nómina y algunos impresentables, como el ex delegado de Miguel Hidalgo, por cierto, denunciado por ella por malos manejos en su administración, todos ellos buscando ser los favoritos del presidente, por medio de esta cruzada mediática buscando debilitar la imagen de Xóchitl Gálvez.
No han entendido, que, por lo pronto, en lugar de debilitarla, la alimentan haciéndola víctima de los ataques del oficialismo, con toda la fuerza mediática que tiene la cuarta transformación.
Sumado a esa obsesión, Marcelo Ebrard la ha convertido en el destino de sus tan necesitados debates, Claudia, ha modificado parte de sus discursos durante sus repetitivos informes de la cuarta transformación, mientras las corcholatas verde y roja dicen de todo, buscando que les respondan, para poder tener un poco de reflector.
¿Qué caminos le quedan al presidente al ver que sus candidatos no levantan ?, por lo visto seguirá metiéndose en la contienda, lanzando a todos los que tiene en su nómina contra Xóchitl, sin embargo, la técnica utilizada al día de hoy, sólo sirve para obtener una respuesta acertada de Xóchitl y seguir ganando terreno rumbo a las elecciones del 2024.
Sin embargo, queda mucho tiempo, que indudablemente desgastará la imagen de todos los aspirantes, tiempo de golpeteo, incluso de artimañas políticas para un posible desafuero, el presidente tiene los votos en el congreso y representantes populares dispuestos a venderse para complacerlo.
Estamos en uno de esos momentos de gran peligro para la democracia del país, y aún con la popularidad del presidente, su gobierno no aguantaría un daño físico o político a Xochitl Gálvez, sin embargo, no podemos subestimar el poder del presidente, es como un gran dragón, con mucha fuerza, pero herido y enojado, por lo tanto, con sus reacciones puede hacer tanto daño con un simple coletazo.
Es el momento de ver la fortaleza de nuestras instituciones, de los verdaderos políticos, pero sobre todo de la sociedad
Desconozco quien, en 2024, se sentará en la silla presidencial y por supuesto, es difícil saber, si tendrá la capacidad y el tamaño para dirigir este gran país, sin embargo, a México le urge un cambio de rumbo, sin importar quien esté al timón, y por el momento, el destape del presidente que más repunta, es Xochitl Gálvez.
POSDATA:
La historia cambió cuando David venció a Goliat.
¡Es tiempo de los ciudadanos! Pensantes y no obsesionados.
*Empresario, analista político, expresidente de la Canacintra