Nuestra apuesta es por la colectividad, el unir fuerzas y trabajar de manera unida, porque de otra forma, no habrá condiciones de posibilidad para transformar la realidad en que vivimos, para ahondar el camino hacia una vida digna, en donde no sea el temor y la incertidumbre la ruta que marque nuestro destino, recalcó Araceli Saucedo Reyes, candidata al Senado de la República por la Coalición Fuerza y Corazón por México.
Frente al gran respaldo consolidado entre las y los michoacanos, la candidata apuntó que la suma de propuestas es lo que caracteriza esta candidatura que será la que cristalice el triunfo de la gente el dos de junio, porque es ella la que impulsa y la que ha dado una enorme vitalidad a este proyecto.
“Es la gente el corazón de este proyecto, un corazón que late fuerte y decidido, ¡un corazón al que nada lo detiene!, por eso, el dos de junio nuestras mujeres y nuestros hombres con su voto en las urnas, harán que nuestro México vuelva a retomar camino, vuelva a caminar en la senda de derechos, desarrollo, paz y crecimiento”.
Araceli Saucedo subrayó que la crisis en la que está sumido el país por las malas decisiones del Gobierno Federal, el recorte a los recursos para Michoacán, los desatinos en las acciones de la actual administración estatal, han puesto a nuestro Estado al borde del precipicio, por lo que la gente está cansada y busca que las cosas cambien.
“A lo largo de estas semanas de campaña hemos venido fortaleciendo junto con las y los michoacanos este proyecto que ha logrado la suma de todas las voces, en donde partimos de la visión colectiva para generar horizontes más promisorios para todas y todos”.
La candidata destacó que los problemas de los mexicanos y las mexicanas que reclaman urgente solución, están vinculados con nuestro raquitismo económico y con una débil aplicación del Estado de Derecho.
Por ello agradeció el entusiasmo y la suma decidida de miles de michoacanas y michoacanos a su candidatura, porque hay claridad que el proyecto que encabeza permitirá que la ciudadanía deje de desempeñar un papel pasivo frente al poder público y se convierta en actriz protagónica, ya que el compromiso de las y los mexicanos con el desarrollo del país está más vivo que nunca.