Orlando Daniel Hernández
Con su andar cansado pero lleno de experiencia, el señor Fausto “N” con cerca de 75 años encima no ha perdido su amor al trabajo.
Dedicado al campo, combina la actividad como jardinero y podador de pasto, labor que le reditúa de manera importante para el sostén de su hogar.
Señaló que tiene esposa y dos hijos que mantener, los mayores ya están emparejados, sonríe temerosos de las fotografías.
No me gusta, dice, pero platiquemos.
Me levanto a atender mis animales y mis tierras desde muy temprano, luego de mi cafecito agarro mi pala y mi rastrillo, además de unas tijeras y me vengo caminando desde lo alto del Durazno allá arriba, muy arriba hasta aquí a la ciudad para ofrecer mis servicios en la jardinería.
Esta pesado el camino, el largo, pero hay poco a poco.
A veces sale y a veces no.
Luego da unos pasos sobre el parque Lineal del Rio Chiquito y dice, ya me retiro joven hay que seguir, a mí me gusta trabajar siempre, la vida es dura y hay que tener un dinerito extra para lo que venga.
