PODER PÚBLICO
José Cruz Delgado
Tras el triunfo de Raúl Morón, el traidor de Alfredo Ramírez Bedolla tendrá que inclinarse ante el senador electo Raúl Morón, quien goza de la confianza de la virtual presidenta Claudia Sheinbaum. Ramírez Bedolla le jugó contras y perdió mientras que Raúl se la jugó por ella y ganó, ahora tendrá que pagar las consecuencias.
Prácticamente, de ahora en adelante, Ramírez Bedolla dependerá de lo que decida el virtual senador. Se puede decir que la carrera del inepto gobernador está terminada, al igual que la de Torres Piña.
DEBE EXPLICAR MORENA DE DÓNDE SACÓ DINERO PARA COMPRAR EL VOTO
Quien debe dar explicaciones a los morelianos son Carlos Torres Piña, Alfredo Ramírez Bedolla y Juan Pablo Celis Silva sobre de dónde sacaron tanto dinero para comprar el voto y dejarse de estupideces. Juan Pablo Celis Silva presunto presidente de Morena en Michoacán, aún no digiere la derrota contundente que le arrimó Poncho Martínez a Torres Piña, la corcholata favorita de Ramírez Bedolla.
Trataron desde las altas esferas del gobierno bajarlo del macho con ataques mediáticos, pero se toparon con pared y se impuso con mucho pese al dineral que invirtieron en la compra de la voluntad popular.
Las y los morelianos, así como la sociedad civil sabía que si llegaba Morena a gobernar Morelia, sería un desastre como el que dejaron cuando fueron gobierno y no lo iban a permitir, tampoco iban a permitir que un sujeto extraño los gobernara.
Los ataques contra el opositor van a continuar durante su administración a través de Juan Pablo Celis Silva, sirviente de Ramírez Bedolla, incluso, desde la tribuna del congreso del estado, pues es diputado plurinominal.
Se espera lo mismo del resto de las y los legisladores morenistas cuya tribuna utilizarán como trinchera para lanzar misiles de odio contra Poncho por haberles propinado en las urnas tremenda joda que nunca olvidarán, sobre todo Ramírez Bedolla, Torres Piña y Celis Silva.
SE AFERRA ALITO A LA PRESIDENCIA
Como todos los políticos cínicos, Alejandro Moreno Cardenas, mejor conocido como Alito, pese a la derrota se aferra a la presidencia nacional del PRI, y dijo durante la reunión del consejo político nacional que no va a renunciar ni se va a bajar del partido y que el tricolor tendrá que cambiar.
Lamentablemente, el PRI no cambiará mientras tenga líderes como él o como Memo Valencia en Michoacán. No creo que la militancia se adapte a las derrotas, más bien, si no hay una refundación a fondo tiende a desaparecer debido a las malas decisiones de la dirigencia nacional y sobre todo, a las imposiciones en los comités estatales y en los cargos de elección popular.
No sé puede servir a México si se acumulan derrotas tras derrotas, se requiere ganar para poder servir.
¿Para qué realizar foros en el país si a usted le vale madre lo que opine la militancia y las propuestas las echará al cesto de la basura, y su voluntad se impondrá?, como siempre, agraviando a la poca militancia fiel y noble que aún queda en el tricolor, una militancia que no se aleja por traición, sino por las malas decisiones de sus dirigencias.
Urge una depuración total en los estados del país, que abandonen el cargo los presidentes y que sea realmente militancia quien suma los liderazgos a través de procesos democráticos en urnas.
Alito es soberbio y seguramente no quiere una democratización interna porque no conviene a sus intereses personales, no aceptará ni tampoco quienes se sienten “vacas sagradas” que la militancia asuma el poder, se sienten indispensables, pero ni Alito ni Memos Valencia hacen falta: es hora que se vayan.
Ojalá tuvieran dignidad.