Horacio Erik Avilés Martínez*
Recientemente, se realizaron protestas por parte de padres de familia, quienes exhibieron la precariedad en la cual se encuentran los estudiantes de la colonia Villas del Pedregal, en el municipio de Morelia.
En rueda de prensa mostraron la improvisación en la cual persiste la infraestructura física educativa de planteles que llegaron a tomar clases en camiones de mudanzas y actualmente hacen lo propio en tejabanes de madera forrados con lonas de propaganda política del partido en el poder estatal.
Lo anterior resulta icónico de la situación en la cual se maneja el gasto del erario en nuestros días, en pleno Siglo XXI, ya que explica per se en muy buena medida las asimetrías en las cuales persiste nuestra sociedad.
El gobierno estatal anunció, a manera de respuesta, que se construirán tres planteles con un costo de 42 millones de pesos, pero que estarán listos, en el mejor de los casos, hasta el ciclo escolar siguiente.
Lo anterior siembra muchas más dudas que certidumbres, ya que al ser la unidad habitacional más grande de Michoacán de Ocampo, al vivir más de 30 mil personas en ella, de acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2020 realizado por INEGI, inmediatamente pone a pensar respecto a cómo se encuentran planteles en los cinturones de miseria de los principales centros poblacionales de la entidad federativa, así como en las comunidades rurales más alejadas, marginadas y sumidas en fenómenos de pobreza, marginación, migración y violencia.
Y queda el cuestionamiento: por qué razón se deben de absorber socialmente los costos de nuevas escuelas necesarias para los fraccionamientos que idean desarrolladores de vivienda, quienes lucran amplísimamente con el cambio de uso de suelo sin considerar el ejercicio de los derechos humanos más elementales para las infancias y juventudes quienes habitarán esos desarrollos inmobiliarios.
Así también, impulsa a revisar cuál es el funcionamiento que tienen los planteles de CONAFE; Telebachillerato y Telebachillerato Comunitario, Telesecundaria, educación indígena y escuelas multigrado, partiendo de la infraestructura, equipamiento y conectividad, que a todas luces dejan mucho que desear la inmensa mayoría de estos planteles, de acuerdo con la información que arroja el Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED) de la SEP.
Mas aún, recientemente, Mexicanos Primero presentó un estudio donde exige las profundas falencias en materia de infraestructura física educativa que vulnera la universalidad del acceso a la educación y su inclusividad, ya que es una de las principales barreras al aprendizaje y la participación escolares que enfrentan millones de estudiantes. Lo anterior se exacerba en el caso de la educación especial, donde se concentran los peores indicadores en materia de cobertura, acceso a la educación e infraestructura adaptada.
Esto no es nuevo, ya que incluso la misma autoridad lo reconoce, como en el Programa Sectorial de Educación 2024-2027, publicado en el Periódico Oficial del Estado de Michoacán de Ocampo apenas el pasado 8 de abril, se exhibe en cierta medida la situación en la cual se encuentra nuestra entidad federativa, en donde se dice que tenemos tasas de cobertura del 89 por ciento en educación secundaria y del 66 por ciento en educación media superior, lo que quiere decir que ni siquiera contamos con las butacas suficientes para sentar a los jóvenes de esos niveles educativos en las aulas, en caso de que todos quienes tienen derecho a cursar educación acudieran a los planteles educativos a reclamar los espacios a los que constitucionalmente tienen derecho.
Aunado a lo anterior, en esta semana, la UNICEF y el CONEVAL presentaron en coautoría un reporte denominado “Pobreza Infantil y Adolescente en México”, donde se muestra que nuestra entidad federativa continúa con altos niveles de pobreza en lo que respecta a sus niñas, niños y jóvenes, ya que 50.1 por ciento de ellos viven en esa situación socioeconómica.
Exhibe que, respecto de 2020, se dio una reducción de la pobreza estadísticamente significativa en 24 de las 32 entidades federativas, exceptuando a Aguascalientes, Campeche, Durango, Estado de México, Michoacán, Nayarit, Oaxaca y Zacatecas, las cuales son las entidades federativas donde el nivel de pobreza infantil y adolescente se mantuvo sin cambios en el bienio.
El rezago educativo exhibe un patrón diferenciado entre las entidades, en donde los valores más altos están en Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Michoacán y Chiapas.
La situación de la infraestructura física educativa en Michoacán de Ocampo es aún de déficit, sigue siendo uno de los pilares del rezago educativo en el cual nos encontramos y que vulnera lacerantemente los derechos educativos de las generaciones en formación en la entidad federativa.
La infraestructura física educativa es indispensable porque genera condiciones de acceso educativo equitativo, porque asegura que todos los estudiantes tengan acceso a un ambiente de aprendizaje digno, sin importar su origen socioeconómico.
Así también, las escuelas bien construidas proporcionan un entorno seguro, reduciendo riesgos de accidentes y permitiendo que los estudiantes se concentren en aprender sin preocupaciones.
Paralelamente, las escuelas bien mantenidas generan un sentido de identidad y orgullo en los estudiantes y la comunidad educativa. Así también, una infraestructura adecuada permite que las escuelas públicas compitan en igualdad de condiciones con las instituciones privadas, a la vez que permiten un mejor aprovechamiento de los recursos educativos y tecnológicos disponibles, constituyendo un entorno propicio fomenta la creatividad y la innovación en los estudiantes, preparándolos para resolver problemas de manera efectiva.
Una infraestructura escolar digna ayuda a reducir las desigualdades educativas y sociales en la comunidad, ya que contribuye a mejorar la calidad de vida de los estudiantes y sus familias, brindándoles mejores oportunidades de desarrollo, a la par que fortalece la comunidad educativa, promoviendo la cooperación y el apoyo mutuo, porque los espacios diseñados para el trabajo colaborativo enseñan a los estudiantes la importancia del trabajo en equipo y la cooperación.
Así también, las escuelas bien equipadas pueden servir como centros comunitarios, fomentando la interacción y cooperación entre la escuela y la comunidad, pudiendo servir para asambleas vecinales o incluso, para refugios en caso de desastres naturales. Por ende, también se pueden implementar programas de educación ambiental, concienciando a los estudiantes sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Esto también asegura que, los estudiantes son más propensos a asistir regularmente y estar motivados a aprender en un entorno cómodo y bien equipado, mientras que, las infraestructuras adecuadas promueven la salud física y mental de los estudiantes al proporcionar espacios limpios, ventilados y bien iluminados.
La inclusión y accesibilidad se garantiza, porque escuelas con infraestructura adecuada pueden adaptarse para incluir a estudiantes con discapacidades, asegurando que todos tengan la oportunidad de aprender.
También, una infraestructura escolar adecuada influye positivamente en el rendimiento académico, ya que facilita mejores condiciones para el estudio y la enseñanza.
Por otra parte, un ambiente de trabajo agradable y seguro ayuda a retener a buenos profesores, quienes son esenciales para la calidad educativa, arraigándolos y brindándoles mejores condiciones de trabajo.
Con escuelas completas, la igualdad de oportunidades se potencia, porque el asegurar una infraestructura digna en todas las escuelas públicas promueve la igualdad de oportunidades educativas para todos los niños y jóvenes.
Así también, contar con mejores instalaciones educativas es sinonímico de resiliencia ante desastres. Los edificios escolares bien construidos y mantenidos pueden resistir desastres naturales, protegiendo a los estudiantes y garantizando la continuidad educativa.
Debe tenerse en cuenta que, las infraestructuras adecuadas facilitan la implementación de programas extracurriculares que complementan la educación formal. A la vez que, los espacios seguros y adecuados fomentan la igualdad de género, asegurando que todas las niñas y niños tengan las mismas oportunidades educativas.
Ahora que se está promoviendo la lectura en Michoacán es importante considerar que, las bibliotecas bien equipadas y accesibles promueven el hábito de la lectura y el amor por los libros, al contarse con espacios adecuados para tales efectos.
Mientras que, por otra parte, las escuelas con instalaciones sanitarias adecuadas previenen la propagación de enfermedades infecciosas endémicas, como el dengue, el zika y muchas más, a la vez que mejoran la salud de los estudiantes.
Desde una perspectiva de la educación tecnológica y el fomento de la creatividad, las escuelas bien equipadas permiten la implementación de nuevas tecnologías y métodos de enseñanza, fomentando la innovación en el aprendizaje y una buena infraestructura facilita la participación de la comunidad en actividades escolares, creando un sentido de pertenencia y apoyo colectivo.
Contar con condiciones adecuadas de estudio reducen el riesgo de abandono escolar, motivando a los estudiantes a continuar su educación. También, tener escuelas con comedores bien equipados pueden proporcionar programas de alimentación que mejoren la nutrición y el rendimiento de los estudiantes.
Paralelamente, un entorno adecuado fomenta el crecimiento personal y social de los estudiantes, enseñándoles a valorar y cuidar su espacio de aprendizaje.
Es importante considerar que, un ambiente escolar digno y seguro ayuda a prevenir la violencia y el acoso escolar, creando un ambiente propicio para el aprendizaje. Particularmente, las instalaciones seguras y espaciosas acotan lo anterior.
Por otra parte, las escuelas equipadas con tecnología moderna preparan a los estudiantes para el mundo digital, brindándoles habilidades esenciales para su futuro.
Un entorno escolar agradable facilita la convivencia y el desarrollo de relaciones interpersonales saludables entre estudiantes y profesores. Asi también, los padres y tutores están más satisfechos y comprometidos con la educación de sus hijos cuando saben que estudian en un entorno digno y seguro.
No olvidemos que, los espacios accesibles y adaptados aseguran que todos los estudiantes, independientemente de sus capacidades, puedan aprender en igualdad de condiciones.
Así también, las instalaciones deportivas adecuadas promueven la educación física y el deporte, contribuyendo al desarrollo físico y mental de los estudiantes. Mientras que, escuelas bien equipadas pueden ofrecer programas de emprendimiento, preparando a los estudiantes para crear sus propias oportunidades.
E incluso, las escuelas de calidad pueden obtener reconocimiento internacional, atrayendo programas y recursos que beneficien a la comunidad educativa. Así también, las infraestructuras sostenibles y respetuosas con el medio ambiente enseñan a los estudiantes la importancia de cuidar nuestro planeta.
Paralelamente, las escuelas que cuentan con instalaciones completas permiten un mayor desarrollo de habilidades artísticas, porque los planteles que tienen talleres de arte y música pueden profundizar en las disciplinas de la educación artística, viviendo asi los estudiantes mejores experiencias estéticas y la apreciación por las artes desde la educación básica.
Así también, los planteles con infraestructura física educativa completa y digna son, por antonomasia, espacios para la promoción de la investigación científica, desde la educación básica, ya que contar con talleres y laboratorios bien construidos y equipados posibilitan a los estudiantes explorar y desarrollar sus intereses científicos, así como a los docentes hacer gala de sus habilidades pedagógicas al poder construir un portafolio inmenso de actividades de aprendizaje, en caso de contar con los recursos necesarios para tales efectos.
En suma, existen muchas razones por las cuales en Michoacán debe contarse con escuelas públicas con infraestructura física educativa digna y construida para garantizar debidamente los derechos educativos de las niñas, niños y jóvenes. Seguir al margen de la vivencia plena de las garantías individuales solamente posterga el desarrollo integral de nuestra entidad federativa, a la vez que destruye las esperanzas de más de un millón de niñas, niños y jóvenes de contar con un porvenir próspero.
Asumir la rectoría educativa implica construir, equipar, dotar de conectividad, de mantenimiento preventivo y correctivo, así como de consumibles y toda clase de condiciones que brinden acceso al ejercicio integral de los derechos educativos a los estudiantes, lo cual implica que todas las niñas, niños y jóvenes puedan estar, aprender, participar y convivir en entornos dignos y libres de violencia, en cada uno de los planteles escolares de nuestra entidad federativa.
Para la construcción del presupuesto educativo 2025, tanto desde la federación como desde nuestra entidad federativa y los gobiernos municipales debe ser una altísima prioridad destinar la mayor cantidad de recursos posibles a dignificar las condiciones en las cuales las niñas, niños y jóvenes tienen acceso a la educación, para lograr su universalidad e inclusividad a las cuales tienen derecho. Es momento de cimentar el futuro de nuestra entidad federativa mediante acciones eminentemente educadoras. En MIchoacán sólo se puede hablar de un ciclo escolar completo si contamos con escuelas completas para todos.
Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles
*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C