Jorge Hidalgo Lugo
-“Andrés Manuel, nos aumentaste los huevos para defender nuestra democracia… el INE no se toca”…
Así las muestras de repudio surgieron durante la marcha dominical en Morelia, donde de nueva cuenta la sociedad civil se volcó por las calles del centro histórico para protestar en contra del ataque que desde Palacio Nacional, le dedica Andrés Manuel López Obrador al órgano electoral.
-“Las nalga y el INE no se tocan”…
Fue otra de las cartulinas que dejaron ver el alto grado de irritación social que crece ante la intentona de vulnerar libertades y regresar el manejo electoral al aparato de Estado, al partido en el poder, y que a su paso, fuera festinados con vivas y aplausos por los miles de morelianos que con actitud resuelta, se dijeron dispuestos a todo con tal que Morena y su dueño, no se salgan con la suya.
Reclamos por igual a los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación quienes tienen en sus manos, como pocas veces en la historia postrevolucionaria de este país, una decisión en que se juega el futuro, la viabilidad democrática y libertades para que volteen a ver los reclamos y actúen en consecuencia ante la inconstitucionalidad que plaga el Plan B de López Obrador aprobado por sus lacayos en el Congreso de la Unión.
Familias enteras, pero sobre todo mucha gente de la tercera edad, de esos que dicen están “comprados” por las limosnas populistas del bienestar, quienes salieron a defender al país, “en el que merecen vivir nuestros hijos, nuestros nietos, con libertad y no en una tiranía”, como lo hicieron saber en sus arengas, algunos incluso desde sillas de ruedas o aparatos ortopédicos que los auxiliaron en su andar.
-“AMLO se va, el INE se queda”… “A eso vine, a defender al INE”…
Fueron otras de las expresiones coreadas en el interminable desfile de morelianos y llegados de otros municipios, que estuvieron atentos a no caer en las provocaciones de grupos diseminados a lo largo del trayecto que abarcó desde la plaza ecuestre del Generalísimo Morelos, hasta la Plaza Ocampo, en el corazón de Morelia.
Diversos desplantes de desprecio por ocupar las calles, marchar sin sesgos partidistas ni a cambio de dádivas oficialistas, fueron ignorados por quienes sólo se defendieron con el contundente argumento de “a mí no me pagan por venir a esta marcha, no soy acarreado como ustedes cuando los llevan a los mítines de Morena”.
Escarceos que no fueron a más ante la multitud resuelta a defender su libre derecho a manifestarse en contra de los atropellos que hace López Obrador a quien por cierto, nunca mencionaron en tono belicoso o para insultar. Su desprecio por la figura presidencial, estaba plasmado en la caravana misma, la concentración multitudinaria y en las leyendas de las pancartas, pero no en la gritería.
Y así, con la convicción de no ceder, de no dejarse avasallar por los populistas que se sienten dueños del país, los miles de manifestantes rompieron en aplausos las tres ocasiones, cada 15 minutos, en que las campañas de Catedral surgieron imponentes en su tañer, para emocionar más los “¡Viva México!”, “¡Viva el INE!” que de forma espontánea surgían por todos los puntos del río humano que se volcó por la antigua Calle Real.
En Morelia, tierra de libertadores, de héroes que dieron su vida por forjar esta patria hoy bajo la amenaza de un gobierno tiránico, los asistentes a la protesta pusieron una vez más la muestra que no necesitan de figuras políticas y mucho menos de partidos en decadencia, para tomar la iniciativa y defenderse de los atropellos que Morena comete, pensando que con sus limosnas del Bienestar y los narco aliados, es más que suficiente para doblegar a un pueblo resuelto a dar la cara contra el opresor de Palacio Nacional.