Horacio Erik Avilés Martínez*
Ayer se anunció a Mario Delgado Carrillo como próximo titular de la SEP en México. La Secretaría de Educación Pública forja destinos, modela a la sociedad futura y, por ende, contribuye a definir la calidad de vida, el nivel de ingresos de las personas durante toda su vida laboral y hasta la esperanza de vida. Hacer consciencia de la inmensa responsabilidad que entraña dirigir la política educativa nacional es importantísimo.
En contraste, percibirla como un escalón, como un botín, como un vehículo instrumental para alcanzar finalidades, un aparato para controlar, adoctrinar y alcanzar finalidades sectarias resultaría francamente desastroso. El cálculo político y la rentabilidad electoral son criterios que están moralmente proscritos para ser empleados en el sector educativo al momento de tomar decisiones.
Por encima de lo anterior, esperaremos buenas noticias, políticas públicas trazables, dotadas de presupuesto, reglas de operación, participación social y vinculadas a resultados. Es lo que se necesita en México y en Michoacán en particular para el desarrollo educativo.
En la escuela, como en el ejercicio de la función pública, la preparación hace la diferencia. Es necesario desarrollar un cronograma de acción a corto plazo. Quien ya sabe qué cargo ocupará debe dedicar gradualmente más tiempo, atención y vida a lo que será el mayor reto de su trayectoria dentro del poder ejecutivo nacional.
Y desde ya, debe tener la plena certidumbre de que, en caso de lograr constituir al sistema educativo de Michoacán de Ocampo en un modelo exitoso y ejemplar a nivel nacional, tendrá avanzado un inmenso trayecto para resolver la ingente problemática de la educación mexicana.
Es altamente deseable que pondere en su justa dimensión hacer realidad el sueño de millones de michoacanos, que también abrazó e hizo suyo el presidente López Obrador. Será imposible rescatar la educación nacional si no se rescata Michoacán.
Más aun, las responsabilidades se acumulan: la ganadora de la elección presidencial del 2 de junio pasado expresó su deseo de ser “la presidenta de la educación”. El futuro titular de la SEP deberá de honrar la confianza depositada en su persona y en el equipo de trabajo que a su vez integre para alcanzar tan alta misión y hacer que cada instante valga para lograr que ese legado trascienda el tiempo.
Aunque muchas atribuciones en materia educativa residen en los órdenes estatal y municipal del poder ejecutivo, no hay que ser ingenuos: más de nueve de cada diez pesos que se ejercen en el rubro en Michoacán de Ocampo provienen del gobierno federal. Si existe la voluntad política en el citado orden de gobierno se pueden realizar acciones de envergadura impensables con los escasos recursos con los que se cuentan localmente.
La efectividad gubernamental que deberá distinguir a su gestión no está a discusión: en un sistema educativo nacional que cuenta con 29 millones 633 mil 909 estudiantes de educación básica y media superior, apenas 28 de cada 100 estudiantes que ingresan a primero de primaria logran concluir la educación superior; 26,463 escuelas de educación básica y media superior no cuentan con servicio de electricidad, 56 mil 109 operan sin agua, 43 mil 558 no tienen lavamanos y hay 5 mil 950 planteles sin sanitarios.
México debe romper con el adanismo que ha caracterizado a los altos mandos del poder ejecutivo federal durante al menos los últimos 35 años, donde no se ha dejado de realizar una reforma tras otra, sin que existan las respectivas apropiaciones y aplicaciones de los planes, programas de estudio, materiales educativos, programas socioeducativos y apoyos de toda índole. El afán transformista ha sido precisamente un problema más que una solución. Es momento de generar procesos de mejora continua, centrados en corregir las áreas de oportunidad, más que reiniciar nuevamente el sistema educativo nacional.
Como exlegislador, el próximo titular de la SEP debe tener muy presente hacer valer las garantías constitucionales que entraña el artículo tercero para cada uno de los mexicanos: debe haber educación pública universal, laica, gratuita, inclusiva y de excelencia para todos, lo cual a su vez permitirá el desarrollo libre y pleno de las generaciones en formación, generando círculos virtuosos que permitan la movilidad social, así como concretar sus sueños y aspiraciones legítimas, siendo así forjadores de una mejor sociedad. Volver realidad los principios que los diputados constituyentes de 1917 promulgaron es una misión de la máxima prioridad, urgencia e importancia para el beneficio de los millones de niñas, niños y jóvenes en nuestra nación. Esperemos que así se pondere esta altísima responsabilidad.
La reivindicación con los científicos no sucedió precisamente en la SEP. Si bien, el nuevo titular tiene un perfil académico que no desmerece con el cargo, su experiencia profesional no cruza la academia. Su cercanía más destacable con el ámbito educativo consiste en su cercanía en la operación política para la aprobación de reformas educativas, tanto la de 2013 como la de 2019, así como haber sido el titular de las políticas educativas en el gobierno de la Ciudad de México de 2015 a 2018. Esperemos que tenga mucho éxito en su nueva encomienda, ya que implica garantizar los derechos a estar, aprender y participar de las niñas, niños y adolescentes de nuestra nación.
Con respecto a la problemática de Michoacán de Ocampo, el nuevo titular de la SEP tendrá grandes retos por atender y resolver, ya que, en el pasado, en gran medida solamente se sobrellevaron, sin que haya cambios estructurales en la situación que guardan diversas circunstancias, muchas de las cuales son infamantes, inaceptables e inaplazables, por ser violatorias de derechos de los agentes educativos cardinales: estudiantes, maestros y sus familias. Por ejemplo, citemos los siguientes retos, que son de máxima prioridad.
- La federalización de la nómina magisterial, la cual sigue siendo una promesa sin materializarse. Se continúa transfiriendo recursos a nuestra entidad federativa a partir de la Partida Presupuestal U-080, pero no se garantiza que así suceda siempre, quedando en los terrenos de la voluntad política y de la discrecionalidad el que se rescate constantemente la educación michoacana de una quiebra.
- La atención a los grupos gremiales y sindicales de Michoacán. Debe haber apertura al diálogo. Máxime que, al militar muchos de los líderes visibles de la disidencia magisterial en la coalición gobernante, la atención que se les debe de brindar es mucho muy diferente, porque poseen, además de su consabida capacidad de movilización y legitimidad gremial, un poder de picaporte inusitado. Por ende, la conformación de acuerdos se vuelve mucho más compleja.
- Revalorizar a los trabajadores de la educación y solucionar la compleja problemática magisterial en la entidad. Lo cual implica dotarles de mejores condiciones laborales, de asegurarles salarios dignos, claves que correspondan a la función que desempeñan en su ejercicio profesional, así como posibilidades certeras de desarrollar una auténtica carrera al interior del sistema educativo estatal, dedicando atención y recursos a la formación inicial y continua de los docentes.
- Mejorar las condiciones educativas de Michoacán, garantizando la triple inclusión educativa en la entidad; que todas las niñas, niños y jóvenes estén, aprendan y participen en las escuelas en condiciones dignas y propicias para su desarrollo.
- Impulsar la transparencia, la rendición de cuentas y, en particular, la cultura de la evaluación, de tal manera que se pueda conocer el estado que guarda el sistema educativo en la entidad federativa, poniendo especial énfasis en la evaluación del aprendizaje, como insumo esencial para la mejora continua del sistema educativo y como indicador de ácido de la efectividad de la política educativa.
- Dedicar más presupuesto para el sistema educativo estatal, direccionado a que se cubra lo mínimo indispensable en cada plantel escolar: agua, baños, bardas perimetrales, techumbres para patios cívicos, aulas, drenaje, electricidad, Internet, computadoras, mantenimiento preventivo y correctivo, aulas suficientes, amplias y ventiladas.
- Profundizar en el diseño y ejecución de los programas socioeducativos en la entidad federativa, de tal manera que impacten realmente en solucionar la problemática, a la par que generen capacidades y empoderen a la población recipiendaria de los apoyos sociales respectivos.
Hasta ahora, las transferencias de recursos a las escuelas cuentan con un diseño perfectible, cuyas áreas de oportunidad se han visibilizado gracias a las denuncias públicas en materia de corrupción, así como se han generado observaciones por parte de los organismos fiscalizadores.
Paralelamente, la entrega de becas a los estudiantes no está imbricada a resultados académicos, ni mucho menos al aprendizaje, aunque se debe reconocer que elevan los ingresos familiares, empodera a los estudiantes en el seno familiar, les dota de cierta independencia y les brinda facilidades para elevar su permanencia escolar, así como para alcanzar más grados de escolaridad promedio que los que se esperarían en caso de no contar con estos recursos adicionales.
- Convertir al sistema educativo michoacano en un “modelo nacional”, así como lo anticipó el presidente Andrés Manuel López Obrador en diversas ocasiones. Para tales efectos, será necesario generar un antes y un después, un verdadero parteaguas que demuestre una auténtica transformación, trazable a través de sus indicadores y resultados.
- Tomar la rectoría de la educación en la entidad federativa, toda vez que la problemática y sus posibles líneas de resolución se centralizaron durante el sexenio que está próximo a finalizar.
- Generar oportunidades para que estudiar valga la pena: que haya senderos probados exitosos de vida para que las niñas, niños y jóvenes aspiren a recorrerlos; que existan condiciones para que puedan llegar a ser las mejores versiones posibles de sí a través de la educación, generando un profundo cambio cultural respecto a las circunstancias que hoy prevalecen en múltiples comunidades de Michoacán, donde la narcocultura, la migración forzada y la pobreza son prácticamente todos los escenarios desesperanzadores posibles que las generaciones en formación alcanzan a prospectar.
Hasta el momento, Michoacán de Ocampo está quedando en un impasse entre ser el modelo de sistema educativo estatal a nivel nacional. Tan alto compromiso no debería de ser pasado por alto por el equipo de la futura presidenta de la educación, como mencionó Claudia Sheinbaum Pardo durante la campaña electoral, señalando que así le gustaría ser recordada.
Si se ha puesto tanto esfuerzo en concretar las reformas legislativas que constituirán el legado del presidente López Obrador, justo y congruente sería hacer lo mismo para hacer realidad la federalización de la nómina, la transformación educativa y todas las medidas de política pública que constituirían al michoacano en el estado modelo en materia educativa nacional.
Le restan 12 semanas a la actual administración pública federal y entre las obligaciones que aún quedan esta concluir el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2025, el cual debe de enviarse al Poder Legislativo. Vendrá tambien conformar un equipo de trabajo a la altura de los retos en este momento histórico neurálgico para nuestra nación. Así también, realizar una consulta ciudadana sin precedentes para que se conforme el Programa Sectorial de Educación a la brevedad y el cual sirva a su vez de hoja de ruta para toda la política educativa nacional.
Finalmente, para Michoacán bien valdrá la pena que, desde el más alto nivel nacional se impulse la realización del Programa Sectorial estatal, el cual, habiendo transcurrido ya treinta y tres meses desde que inició la actual administración pública local, aún es momento que no se ha realizado una consulta pública masiva ni, por ende, se ha elaborado tan importante documento, rector del desarrollo educativo estatal. En materia educativa, las niñas, niños y jóvenes de Michoacán merecen que les haga justicia la cuarta transformación. Que así sea.
Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles
*Doctor en ciencias del desarrollo regional y director fundador de Mexicanos Primero capítulo Michoacán, A.C