Jorge Hidalgo Lugo
Otro ecocidio igual de grave que el del Tren Maya en la península de Yucatán, sufre en Michoacán y también debe adjudicarse en su haber el narco gobierno que pretende imponer su tiranía por muchos años más bajo la falacia de seguir construyendo la transformación.
El Lago de Pátzcuaro hoy muestra un rostro desolador e indignante.
Muchos podrían decir que es producto del cambio climático que hemos provocado los humanos, con sobrada razón.
Pero en este caso mucho tuvo qué ver la indiferencia que tanto el gobierno a cargo de Andrés Manuel López Obrador en lo federal, como el de Alfredo Ramírez Bedolla, en el Estado, y dos trienios con alcaldes afines y sumisos al dueño de Morena mostraron.
¿Complicidad siniestra?, es la pregunta que ronda entre miles de afectados en la región ante el huachicoleo del agua que se dio con morenista alegría en los últimos años a cargo de criminales que actuaron con total impunidad y al cobijo de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Nadie desconoce que en los últimos años bajo el mandato de Morena en el país, Michoacán y el municipio catalogado como Pueblo Mágico, fue víctima de una despiadada extracción de agua.
Todos los días cantidades inusitadas de agua eran extraídas con bombeo incesante para colmar los carros pipa que se vendía para regar cultivos de aguacate, berries y otros más, presuntamente bajo el dominio y control del crimen organizado.
La Comisión Nacional del Agua (federal), Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas (estatal) y el Organismo Operador de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del municipio de Pátzcuaro, fueron incapaces, miopes, enmudecieron y voltearon a otra dimensión, sin intervenir para detener este crimen, ¡pese a los reclamos de los afectados!
Las tres instancias de gobierno bajo la conducción de los que hoy ofertan continuar con la “transformación” nunca jamás se percataron ni tampoco escucharon el reclamo de los pobladores que denunciaron con oportunidad el saqueo que hacían en promedio 250 pipas al día, con lo que disminuía hasta 5 centímetros el nivel del kilométrico espejo hídrico.
Tuvo que quedar desértica una gran franja del legendario lago, para que la triada de administraciones irresponsables y cómplices del huachicoleo de agua, intervinieran y ahora sí, en tiempos electorales, hicieran acto de presencia.
Con estridencia mediática, con la perversa y maquiavélica intención de investirse como héroes y no ser señalados como los cómplices que son al solapar a los criminales que lucraron con la venta del agua quienes pertenecen a sus narco aliados gracias a la estrategia de “abrazos y no balazos”.
Años de depredación y es hasta hoy que los morenistas en los respectivos niveles que están involucrados, presumen tener operativos de vigilancia constante para evitar se siga sustrayendo el líquido de un lago al que han dejado moribundo y cuyo estado de coma, difícilmente podrá revertirse.
Las denuncias desesperadas de los pescadores de la región y habitantes de islas colindantes a Janitzio jamás fueron atendidas. Eso es lo más indignante de este saqueo criminal de agua.
Aunque a manera de consolación, muchos dicen al reportero que ahora tendrán la oportunidad de rentar la zona desértica para organizar eventos de motocross y hasta alentar la genialidad empresarial que ha demostrado Ramírez Bedolla para organizar conciertos de rock bajo la figura del Morelos de piedra que se erige en Janitzio.
Finalmente, la zona desértica que puede apreciarse ahora desde el lado de Erongarícuaro, uno de los 25 pueblos que prevalecen en torno al Lago de Pátzcuaro, debe ser aprovechada a como de lugar.
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