Yo Campesino
Miguel A. Rocha Valencia
Así como tiene al Congreso federal, el mesías tropical quisiera un poder Judicial sometido, que obedeciera sus órdenes, interpretaciones y formas de entender la ley, porque él, es el oráculo inequívoco que sentencia quien es malo o bueno, perverso o traidor, como lo hace todos los días como juez supremo y personificación de la Constitución que él mismo encarna.
Desde su pedestal él es el tlatoani, el hacedor de todo, quien decide quien sí y quien no, dictador de sentencias, exoneraciones, arreglos en lo oscurito, dador de dinero, contratos y desde luego, interpretador de lo justo e injusto, de lo legal e ilegal y por qué no, quien decide lo que es corrupto y no.
Ahí mismo, en su alcoba convertida en bunker en Palacio Nacional y en sus mañaneras también decide quien es aliado o enemigo, a quién se debe perseguir, calumniar, marginar o condenar, mientras del otro lado coloca a los amigos, aquellos con 90 por ciento de lealtad como Arturo Zaldívar, Yasmín Esquivel de Río Boo, Loretta Ortiz Ahlf, aunque sus capacidades no les den para el cargo como el caso de la segunda o que de plano estén dispuestos a tirar lo mucho o poco de ética y vergüenza que tengan para agacharse ante el tlatoani.
Los demás, aunque él los haya nombrado son traidores al pueblo, del cual también es la encarnación viva por el simple hecho de no alinearse, de no cumplir sus caprichos transgresores de la legalidad. Por eso ahora que se fue el desvergonzado Zaldívar Lelo, anuncia que no desea volverse a equivocar y nombre a la sustituta, por lo cual seguramente en la terna enviada al Senado ganará la más abyecta y servil de las morenacas. Ya están advertidas.
Así quieren los de la 4T al país, en sus manos, sin contrapesos, sin oposición, sometidos los poderes de la unión que ya parece una simulación de sistema republicano donde el machuchón de Palacio Nacional impone su ley, la única que vale, porque la demás está por los suelos como lo muestra el alto nivel de impunidad que registra el país y en especial la ciudad de México con su 97 por ciento.
Y no se trata de quienes deben sentenciar sino de aquellos que debiendo ser autónomos, se convierten en fiscales carnales, en instrumentos del Ejecutivo para integrar carpetas, perseguir a los críticos que en este caso se vuelven enemigos por disentir, pero justificar y otorgar impunidad a los cuates e incluso ser instrumentos de convenios oscuros con quienes se doblegan ante el supremo.
Se trata del sistema ministerial como ocurre en la ciudad de México donde todo ocurre, se atenta contra quien sea, incluso un jefe de policía, pero no se haya a los culpables mientras que a los de enfrente se les persigue hasta encarcelarlos, se les encuentran casas o delitos o se les hace jefe de cárteles delincuenciales para someterlos o sacarlos de la jugada.
A ellos, los contrarios o disidentes se les persigue, chantajea, exhibe o amenaza, hasta porque “ganen mucho” o sean de IP o servidores públicos, pero hacia adentro de la 4T, se vale robar impunemente, no sólo como el caso de Segalmex con Ignacio Ovalle Fernández sino con el director de Pemex, los involucrados en el tren Maya, Dos Bocas o AIFA. Manos libres para el presupuesto o los programas sociales.
Al final todo está claro, el ganso quiere incondicionales, sin oposición, que la República se transforme en dictadura. Muchos no creen que ese es el proyecto de la chachalaca tabasqueña, pero está visto y si nos descuidamos como sociedad, nos la van a imponer.
Lo veremos de aquí a las próximas elecciones que no van a ser tersas como el camino tampoco.