Jesús Buendía/Especial
La reciente admisión del fiscal de Michoacán, Adrián López Solís, sobre la disputa territorial entre grupos delictivos en la sierra-costa, es un llamado de atención a la gravedad de la situación. La violencia desatada por la lucha por el control del territorio ha desplazado a familias enteras, que prefieren el exilio al plomo y la sangre.
La importancia estratégica de la zona para los cárteles, que reciben droga por mar desde Sudamérica y la trasladan a Estados Unidos, es un factor clave en esta disputa. La incautación de paquetes de droga por la Marina demuestra la relevancia del territorio para los grupos criminales, dijo López Solís.
Por ello, es inaceptable que la población civil sea la que sufra las consecuencias de esta lucha por el poder. Las autoridades deben tomar medidas contundentes para desmantelar a los grupos delictivos y garantizar la tranquilidad de la ciudadanía. Además, es fundamental investigar y erradicar cualquier posible involucramiento de autoridades locales con estos grupos, como lo señalan fuentes militares.
La sierra-costa nahua merece una respuesta efectiva del gobierno de todos los niveles para proteger a sus habitantes y restaurar la paz. La seguridad y la justicia deben ser prioritarias en esta región, donde la violencia ha generado zozobra y temor. Es hora de actuar con determinación y cortar de raíz este cáncer en la sierra-costa de Michoacán, así lo pide, así lo clama la propia gente del lugar.