La extorsión y las prácticas extorsivas
Lorena Cortés
La extorsión en México encontró condiciones para que se propagará, hasta que se convirtió en un lastre para el desarrollo económico y social, hoy en día existen cientos de tipos y formas de extorsión.
Sin duda robustecer el marco jurídico que pena el delito de extorsión es importante, sin embargo, como lo consagró en su libro Cesare Beccaria “De los Delitos y las Penas” en 1764, “se consigue más por la certeza de la pena, que por su severidad”. Y es que los niveles de impunidad, en todos los delitos es generalizada y en la extorsión más, lo que sin duda es un incentivó perverso para los transgresores de la ley.
Luis de la Calle lo dimensiona muy claro cuando explica que el lastre social de la extorsión, no se limita a su definición legal, por el contrario visibiliza una serie de prácticas extorsivas que van desde lo que hemos normalizado como pagar a un franelero por cuidar tu auto, las mordidas de los agentes de la policía o tránsitos, los burócratas que se sirven del recurso público al pedir dinero por un trámite o pedir un porcentaje por cualquier tipo de contratos, pasando por el dinero ilícito en campañas electorales hasta el “impuesto criminal” cada vez más violento.
Para la Organización México Evalúa, el fenómeno de la extorsión es un claro ejemplo de lo que perdemos si no abordamos el problema más allá́ de la categoría legal. La extorsión es uno de los delitos que menos denuncias generan. Sin embargo, las encuestas de victimización lo reportan como el segundo mayor delito en incidencia a nivel nacional. (México Evalúa, 2020).
No hay extorsión pequeña, tanto la extorsión de 5 pesos de los franeleros como la de miles de millones de pesos socavan la legalidad, ponen en peligro la democracia. La “extorsión blanca” como lo llama Manuel Vélez y Elisa Norio de México Unido Contra la Delincuencia, no precisamente implica el uso de la violencia o la intimidación física, por el contrario tiene una carga cultural que se alimenta de la banalización de la ilegalidad en donde prácticas como conflicto de interés, el nepotismo o el soborno son normalizadas.
Es claro que el modus operandi del fenómeno de la extorsión y de las prácticas extorsivas se diversificaron y encuentran tierra fértil en la impunidad y la corrupción.