La democracia requiere una defensa colectiva, sostuvo el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, la cual implica el involucramiento de instituciones y ciudadanía.
Confió en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación será un ancla de estabilidad política que puede y debe salvar el orden democrático y constitucional del país, pero también en que la sociedad mexicana esté dispuesta a defender las reglas democráticas de acceso al poder.
En un encuentro con miembros de la American Society of Mexico, el presidente del INE ejemplificó la fortaleza del sistema electoral mexicano, resultado de ocho reformas electorales y cuyos pilares se encuentran en riesgo ante la posibilidad de que entre en vigor la reforma electoral conocida como Plan B.
“En suma, es una reforma peligrosísima para la viabilidad de la democracia por una simple y sencilla razón, porque por primera vez abre la puerta a que la organización de las elecciones sean un problema”, aseveró.
Refirió que, si bien el cambio de seis leyes ya fue aprobado y sólo se espera su publicación en el Diario Oficial de la Federación para que entre en vigor, el Plan B afecta los cinco pilares en los que se ha construido el sistema democrático del país: autonomía e independencia de los órganos electorales, el Servicio Profesional Electoral, la estructura desconcentrada, el Padrón Electoral y las condiciones de equidad en la competencia.
Ante Larry Rubin, presidente de la American Society, empresarios de México y Estados Unidos, Lorenzo Córdova mencionó que por ello el INE ha presentado y presentará más controversias constitucionales.
“Estamos recurriendo a la Suprema Corte y lo que vendrá será una batalla jurídica en la que el máximo tribunal del país se convierte en el último garante de la democracia y la Constitución en el país y, por tanto, está invocada a cumplir esa función”, señaló.
Resaltó que así como la construcción del sistema democrático del país, no fue “una concesión graciosa, ni cayó del cielo, no es algo que se le deba un solo partido, a una sola fuerza política, a una ideología, es el resultado de una apuesta de varias generaciones de mexicanos que, incluso, con distintos puntos de vista, legítimos, con distintas posturas políticas, coincidieron en que la lucha por el poder tiene que ocurrir de manera democrática”.
Las y los ciudadanos, continuó, también pueden impugnar ante la Corte. “Ciudadanos que se amparen por la posible violación a la protección de sus datos personales que hoy van a estar en escuelas y en oficinas de gobierno. Ciudadanos que consideren que sus derechos políticos se vulneran porque lo que se elimina es que haya elecciones auténticas como lo pide la Constitución en el futuro.
Los funcionarios del INE que ven mermados sus derechos laborales de manera arbitraria, los partidos políticos que pueden impugnar, y ya lo han hecho con la primera parte del Plan B, y seguro lo harán con la que venga; y las autoridades electorales que hemos presentado y seguiremos presentando controversias constitucionales, hacen que la Corte hoy se convierta en el último dique de garantía de la prevalencia de las condiciones democráticas en las elecciones en México, y de la prevalencia de nuestro orden constitucional”.
Son tiempos de la Corte, agregó Córdova Vianello, al externar su confianza en el máximo tribunal del país, pero refrió que también, como las democracias nacen producto de los esfuerzos colectivos de sociedades, cuando mueren tienen dos responsables:
“En primer lugar, aquel que ataca destruye la democracia con un propósito político; pero también hay otro responsable, aquellos que pasivamente vieron cómo la democracia era atacada y finalmente aniquilada; es decir, la pasividad, la indolencia de los ciudadanos que ven cómo su democracia se agota y no hacen nada”.
El presidente del INE vio con aliento que hay una sociedad dispuesta a defender las reglas democráticas de acceso al poder, no permitamos, les pidió, que en México se agote la democracia.