Enrique de la Madrid Cordero quiere la silla del águila, ¿puede y tiene? IV/V
Gregorio Ortega Molina
*Desconozco si efectivamente tiene idea precisa de lo que busca y las consecuencias de que se haga realidad su deseo. Puede ser la muerte súbita para México. Mañana, la piedra de toque para lograrlo
Quizá el verdadero foso en torno a la silla del águila para evitar que llegue el señor de la Madrid Cordero, es su presencia física. El empecinamiento presidencial para ahondar la confrontación entre mexicanos, hace que los muy blancos, los de ojos claros, sean mal vistos por los “morenos”. AMLO no tiene precisamente el color de tez de Benito Juárez, mucho menos su presencia y sus ideas.
Si quiere llegar a la meta, Enrique de la Madrid Cordero ha de crearse, muy pronto, con urgencia, una imagen con presencia física que convoque a la confianza e inspire respeto. Este segundo aspecto es importante, primordial diría yo, porque con el aura de autoridad que se cree, podría inhibir muchas de las trácalas electorales que están dispuestos a hacer los de Morena, con tal de quedarse a vivir en Palacio Nacional.
Me comentan que, con el renovado y honesto INE, han diseñado una estrategia para poner muy pocas casillas electorales en los distritos donde Morena no tiene arraigo o es francamente repudiado, y ahora que la DEA tiene infiltrados a los cárteles, servirse del narcopoder económico para triunfar electoralmente, será menos sencillo que cuando lo lograron en 2018.
¿Puede, el señor de la Madrid Cordero, inspirar respeto -casi temor, me atrevo a decir- y confianza al mismo tiempo? ¿Logrará que, con su actitud y propuesta, los barones del dinero inviertan en México y ajusten sus dividendos a lo que es justo en una nación tan devastada como la deja el actual gobierno? ¿Será capaz de imponer ley y justicia por sobre los intereses partidarios o de facción? ¿Tendrá el temple y la honradez para reordenar y administrar a la delincuencia organizada?
Sabe, y si no que se lo aprenda, que no puede permitir actos como los mostrados en la voracidad de Raúl Salinas de Gortari, o los jóvenes López Beltrán. Tiene la obligación de ser ejemplo e imponerlo, de lo contrario será uno más de lo mismo, o peor, por la esperanza que su búsqueda del poder puede suscitar.
Desconozco si efectivamente tiene idea precisa de lo que busca y las consecuencias de que se haga realidad su deseo. Puede ser la muerte súbita para México. Mañana, la piedra de toque para lograrlo.
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