México, sin Estado, sin gobierno ni rumbo I/VIII
Gregorio Ortega Molina
*El modelo político de gobierno caducó hace algunas décadas, pero quienes administran al país desde la industria y el liderazgo social o la actividad pública, se empeñan en reforzarlo porque es lo que les funciona y conviene a sus intereses
El Estado en disolvencia cinematográfica
El futuro dista mucho de ser nuestro, pero está en nuestras manos, sí, de nosotros los electores. México será lo que queramos que sea, a menos de que permitamos que los partidos políticos y quienes los administran, continúen con el engaño y la manipulación. Lo que hoy ofrecen no resuelve el problema actual, porque todo lo pudren desde hace muchos años, al menos desde 1988, si no es que desde 1968.
El modelo político de gobierno caducó hace algunas décadas, pero quienes administran al país desde la industria y el liderazgo social o la actividad pública, se empeñan en reforzarlo porque es lo que les funciona y conviene a sus intereses. Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Benjamín Salinas Pliego, Francisco Hernández Juárez, Napoleón Gómez Urrutia, Diego Fernández de Cevallos, Carlos Salinas de Gortari y su hermano incómodo, vamos, ni Andrés Manuel López Obrador y la fauna que lo rodea, hubieran florecido sin la permisividad de la administración pública, sin los acuerdos políticos, pero no sociales.
¿Cómo modificar lo que parece inmodificable? ¿Debemos esperar, con paciencia franciscana, la luz propuesta por Ángel Gurría, o la que podría iluminarnos enviada desde la clara inteligencia de Epigmenio Ibarra y Paco Ignacio Taibo II, acompañados de esa caterva de aduladores que no quitarán ni una coma a lo que les dicte su dueño?
El trabajo ya fue realizado por ese grupo denominado mexicolectivo, es cuestión de que decidan aprovechar lo aportado por sus integrantes, para que los electores exijamos a los partidos políticos la preservación de la patria y del Estado, para evitar su disolvencia y ofrecernos la oportunidad de reconstruir lo que a políticos, empresarios y líderes sociales no les interesa rescatar, por flojera o porque sus intereses son otros.
Siete opúsculos, o libros o ensayos. El primero es un prólogo en el que nos enumera su propuesta:
Gobernabilidad en un Estado democrático de Derecho y contrapoderes.
Un Estado eficazmente garante de la seguridad ciudadana
Un Estado con los recursos suficientes para un gasto público acertado y eficaz a fin de impulsar nuestras propuestas
Combate a la pobreza
Intersección entre pobreza y prosperidad
Salud
Reformar el sistema educativo nacional
Trabajo y retiro digno
Cultura
Deporte y recreación
Construcción de la prosperidad como porvenir mexicano
Desarrollo económico
Desarrollo sustentable
Desarrollo científico y tecnológico
Desarrollo financiero
Desarrollo industrial
Desarrollo agropecuario y forestal
Desarrollo del turismo
México en busca de su lugar en el siglo XXI
Se requiere de una política exterior de Estado
Mañana iniciamos con la posibilidad de tener, o no, calidad de vida. No nos salgan que con el dinero basta, porque no creo que los ampulosos y truculentos especuladores de la economía y de la vida, y tampoco los narcotraficantes se muestran satisfechos de vivir rodeados de guardias de seguridad, que se enteran de cuando sus patrones pierden un flato o los cónyuges se engañan unos a otros.
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