Yo Campesino
• Una cosa es el discurso y los buenos deseos y otra los hechos: no hay dinero
-Cuando la dictadura es un hecho, la revolución es un deber: Víctor Hugo-
Miguel A. Rocha Valencia
Nadie duda que a los empresarios les importa muy poco quien gobierne, si es dictadura o democracia, lo único que desean son utilidades, la ganancia por, sobre todo, incluso el marco legal, claro con un mecanismo que les asegure que su dinero no correrá riesgos y sí obtendrán utilidades.
Con esa premisa que es básica, los dueños del dinero no tienen empacho en reconocer a quien ejerce el poder y puede otorgarles concesiones y la oportunidad de hacer negocio. NO es nada personal ni patriótico, simplemente business are business o como decimos los legos “bisnes son bisnes”. Y para que los engañen está muy difícil además de que, para no dar paso en falso en el caso de los extranjeros, siempre se mueven con el respaldo de sus respectivos gobiernos.
De ahí la importancia del desgaste de saliva que realizan Marcelo Ebrard y la propia jefa del Ejecutivo ante esos 200 capitostes integrados desde la creación del TLC en el US-México CEO Dialogue y endulzarles el oído con lo que desean escuchar de quienes representan a todos los mexicanos, pero solo gobiernan para 36 millones de ellos.
Es decir, cumplen con una parte de la chamba, aunque por el otro lado hagan todo lo posible por desmentirse a sí mismo con acciones que hacen dudar mucho de esas seguridades ofrecidas a los inversionistas como bien lo advierte Ken Salazar, el embajador estadunidense que ahora sí se puso en plan serio y lo hará más en reciprocidad con el trato recibido por el actual gobierno.
Porque a final de cuentas, el embajador quien por cierto recibió un baño en las Basílica de Guadalupe de parte del obispo Francisco Javier Acero hace unos días, cuando monseñor se refirió al trato inhumano que reciben los migrantes en todo el mundo, incluyendo nuestro país, representa los intereses de los hombres de negocios, los intereses de su país.
Ya es reiterativa su posición en torno a la preocupación que hay en Estados Unidos por los cambios legales en México, no se trata sólo de las reformas al poder Judicial, sino en general el comportamiento real del gobierno encabezado por la 4T, no les gusta nada al otro lado de la frontera norte.
En el mismo sentido volvió a pronunciarse el embajador de Canadá Graeme C. Clak. Ambos diplomáticos insisten en el tema en el cual ya dijo la ex corcholata del ganso, no habrá cambios ni ajustes a pesar de las protestas de los directamente afectados y de los ridículos de quienes están ejecutando la revancha del machuchón tabasqueño.
Por cierto, nos dicen que el tlatoani ya no está en territorio nacional y que para estar más seguro no se fue a La Chingada sino a Cuba con todos los gastos pagados por el pueblo bueno, sabio y agradecido para él, toda su servidumbre, cuerpo médico, guaruras y sus 200 pesos.
Total, que las reuniones y las fotos de caras felices y sonrientes se seguirán dando, opero en los hechos, no hay dinero. Recuérdese que algo similar consiguió Marcelo Ebrard hace seis años cuando las ofertas fueron de 35 mil millones de dólares de los empresarios mexicanos y de 60 mil millones de dólares foráneos y que al final ni sus luces.
De los 35 mil millones de dólares que se presume como ingreso de capitales, se trató en un 95 por ciento de reinversiones de utilidades y capital. Malo sería que ni eso hubiese pasado. De otra forma nuestro país tendría un mejor desempeño en su PIB que estará por abajo del uno por ciento en promedio sexenal y al menos para el año próximo se teme que no supere el 1.2 dos por cierto sobre todo porque forzarán una disminución del déficit al 3.2 por ciento máximo.
Es decir, no habrá mucho dinero público disponible para inversión como los grandes proyectos de trenes o la constructora para el millón de casas del Infonavit, donde con el sólo anuncio, ya empezaron los problemas pues se estima que al menos 200 empresarios del sector de la construcción privada se verán afectado, ya que de ellos sale el 85por ciento de todo el gasto en esos trabajos para el sector social.
Les van a quitar el negocio y claro que no están contentos. No se olvide que precisamente el ramo de la construcción se cayó un 4 por ciento y con ello, el empleo.
Están jugando con lumbre al querer vender espejitos a quienes los fabrican. Aguas.