A tres semanas de que inicie el nuevo gobierno encabezado por la presidenta electa Claudia Sheinbaum, la edición más reciente Panorama de la Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) incluye importantes puntos para una agenda educativa enfocada en la equidad social.
De acuerdo con el análisis de Mexicanos Primero de la edición 2024 del Panorama de la Educación (Education at a Glance) y la nota sobre México, es necesario replantear la asignación de recursos financieros hacia el sector educativo, particularmente, para acrecentar el porcentaje del Producto Interno Bruto que se destina a la educación.
Esta proporción debe impactar principalmente niveles educativos fundamentales como la educación preescolar, esencial para el desarrollo de aprendizajes a lo largo de la vida y cimentar trayectorias educativas completas. En este nivel se requiere invertir en la ampliación de la oferta horaria y mejorar las condiciones salariales de maestras y maestros.
Esto porque la inversión que hacen el gobierno y las familias, en educación como porcentaje del PIB, se ha reducido del 4.6% en 2018, al 4.2% en 2021. Esta disminución posiblemente afecte en mayor medida a las comunidades con mayor rezago social, lo que limitaría aún más las oportunidades de quienes ya están en desventaja.
En cuanto al financiamiento exclusivamente público, en México asciende a 56,918 pesos por cada estudiante de preescolar, primaria y secundaria en escuelas públicas. Otros países como Argentina y Brasil invierten más, y Chile casi el doble.
Este monto no solo influye en el logro de aprendizaje de las y los estudiantes, sino también en las condiciones de las escuelas. Al no invertir lo suficiente por estudiante, las escuelas en áreas pobres tienen menos recursos y esto perpetúa las desigualdades en la calidad de la educación que reciben las y los niños, explica el análisis.
La educación en las primeras etapas de la vida es fundamental para el desarrollo de niñas y niños; no obstante, el tiempo que en México se destina a la enseñanza en educación preescolar es el menor del conjunto de países incluidos en el Panorama de la Educación 2024.
En nuestro país, el personal docente de educación preescolar destina a la enseñanza 2.7 horas al día durante 190 días al año; en contraste, en Alemania, -con la jornada de mayor duración entre todos los países considerados por la OCDE-, su duración es de casi 8 horas diarias a lo largo de 255 días al año.
Entre los países latinoamericanos, en Chile la jornada de enseñanza en preescolar es de casi 6 horas por día a lo largo de 180 días y en Colombia es de 5 horas diarias durante 188 días.
La variación en el tiempo dedicado a la enseñanza en educación preescolar es considerable entre los países; sin embargo, menos tiempo de enseñanza a niñas y niños entre los 3 y los 5 años, limita sus oportunidades de aprendizaje y afecta sobre todo a quienes no tienen acceso a actividades educativas fuera de la escuela.
Además, aunque el trabajo que realizan los docentes de preescolar es igualmente importante al de quienes ejercen la docencia en educación media superior, los ingresos de estos últimos pueden ser hasta un 90% más altos que los de preescolar.
El análisis de Mexicanos Primero destaca, además, la importancia de reconsiderar la universalidad de las becas, a partir de la evaluación de la ampliación efectiva de oportunidades en contextos de alta marginación, y desde la perspectiva de la igualdad de género y la inclusión.
Analiza la conveniencia de revisar la cantidad de maestras y maestros en México, para disminuir, a mediano y largo plazo, la alta tasa de estudiantes por docente, especialmente en educación secundaria, donde el promedio es de 20 estudiantes por docente mientras que en los países de la OCDE, este promedio es de 13 estudiantes.
En el país, el alto número promedio de estudiantes que atiende cada docente de educación secundaria afecta la atención que se les puede dar.
Esta situación perjudica más a las escuelas públicas de las localidades pobres, donde el rezago social hace más difícil ofrecer una educación de calidad.
Asimismo, destaca la importancia de reconsiderar la universalidad de las becas, a partir de la evaluación de la ampliación efectiva de oportunidades en contextos de alta marginación, y desde la perspectiva de la igualdad de género y la inclusión.
Para Mexicanos Primero, la mejora en las políticas educativas tendría que articularse adecuadamente a las políticas orientadas a la atención de problemas estructurales como son la pobreza extrema, la falta de acceso a servicios de salud y previsión social y el empleo precario, entre otros.
En un estado como Chiapas, donde se reporta el mayor porcentaje de la población en situación de pobreza con el 67.4%, solo el 55% de los jóvenes están inscritos en la escuela, cuando el promedio nacional es de 68%.
Es decir, en ciertas regiones del país, el acceso a la educación es más limitado. Esta desigualdad significa que los jóvenes en zonas pobres tienen más dificultad para continuar con su educación, aumentando las brechas de desigualdades entre regiones.
Indudablemente, hay otros elementos centrales para avanzar hacia una mayor justicia educativa. Por ejemplo, es indispensable fortalecer los apoyos educativos dirigidos hacia el logro de los aprendizajes fundamentales, aplicar evaluaciones robustas y difundir sus resultados.
Asimismo, es impostergable atender la mejora en las condiciones de infraestructura básica de las escuelas (agua, luz, sanitarios) que no estás garantizadas para todas. Mexicanos Primero ha insistido en que, de la calidad de la infraestructura escolar depende la posibilidad de generar ambientes más favorables para que niñas, niños y jóvenes ejerzan su derecho a aprender.
Mexicanos Primero es una organización de la sociedad civil cuyo objetivo es impulsar y fortalecer la garantía del derecho a aprender de niñas, niños y adolescentes mediante la triple inclusión, #estar, #aprender y #participar.