Yo Campesino
• Corcholata “obligada” a ganar; de otra forma muchos pagarán corrupción
Miguel A. Rocha Valencia
No importa mentir, hacer trampa o violar la Constitución, el ganso debe ganar la elección y dejar en la silla presidencial a quien le cuide la espalda; en ello le van muchas cosas, entre otras, su libertad personal, de sus familiares y colaboradores hundidos todos en el resumidero de corrupción que resultó la 4T.
El riesgo que corren muchos cuatroteros no sólo es a nivel nacional sino internacional sobre todo porque existen pruebas escritas y grabadas, oficiales y clandestinas de todo lo que han hecho con nombres, cantidades, fechas y los cómos.
Se sabe ya que las tres obras insignias del obradorato sirvieron más que al país, como la vía de un saqueo sistemático consentido desde Palacio Nacional donde las concesiones a los militares no fueron gratuitas pues es ahí en sus áreas de inteligencia donde se concentra el mayor número de pruebas de la corrupción.
De ahí salen grabaciones, documentos, ubicaciones, copias de contratos de obras y proveedores, además de que se tiene la relatoría de los tratos o acuerdos no firmados con los grupos delincuenciales.
Todo lo que escuchamos o vemos en los noticieros respecto a la recolección de dinero negro, moches y diezmos, de ahí salen; no hay nadie más con las capacidades de espionaje o “inteligencia” que las fuerzas armadas y las agencias extranjeras que se las suministran incluyendo a las estadunidenses.
Tal vez por eso el tlatoani busque el cobijo soviético permitiendo que nuestro territorio sirva de plataforma al espionaje ruso que de pasada tratará de inducir o incidir en las elecciones de México y Estados Unidos en un acuerdo que parece más de protección para el mesías tropical y su cártel que una apertura “democrática”. Cercanía que tarde o temprano le van a cobrar, señaladamente cuando deba entregar el poder y aún si su corcholata lo hereda.
Por lo pronto el tren Maya que además de ser un regalo presidencial a los militares triplicó su costo original y ya supera sin terminar, los 500 mil millones de pesos, incluyendo los 120 mil millones presupuestados para este año. Ahí una parte del negocio turbio los realiza como todos sabemos, el cártel de los López Beltrán.
En esa danza de millones todos meten mano como ocurrió con cerca de 60 mil millones del aeropuerto de Santa Lucía que, a pesar de las triquiñuelas para llevarle clientes, se mantendrá subsidiado por muchos años o de plano, está destinado a perder de manera permanente y nunca sustituirá al AICM.
Recordemos que en la misma Auditoría Superior de la Federación y la secretaría de la Función Pública hay pruebas de la entrega de contratos a “desconocidos” o empresas inexistentes.
De la refinería de doña Rocío Nahle, de los ocho mil millones de dólares proyectados inicialmente ya estamos en 20 mil millones y aun sin procesar un litro de crudo, aunque existe la promesa que, al igual del sistema de salud mejor del mundo, estará en producción al finalizar el sexenio.
Junto con pegado van los contratos otorgados por Pemex a proveedores, incluyendo los dueños de la Casa Gris de don José Ramón López Beltrán que recibieron más contratos que en toda su vida, acciones inexplicables pero que podrían ser parte de las pérdidas acumuladas se la paraestatal por casi 900 mil millones de pesos y deudas a proveedores por otros 300 mil millones de pesos.
Eso sin contar que para pagar se le transfieren cientos de miles de millones de pesos incluyendo los descuentos a las aportaciones que por ley debe pagar al erario público ahora que tal celoso está el tlatoani porque los causantes paguen sus deudas.
De todo esto hay pruebas y explicarían la sumisión y generosidad del caudillo hacia las fuerzas armadas donde está “todo” incluyendo seguramente las instrucciones para entregar contratos a tal o cual empresario sin necesidad de licitación.
Pero no sólo ahí, como dicen en Latinus, hay mucha tela por dónde cortar con grabaciones y documentos que pruebas que la 4T resultó un cártel delincuencial, la nueva mafia en el poder, pero tan burda que se le nota con ejemplo tan señalados como los hijos presidenciales y el propio Peje que se afirma, tiene su guardadito pues si no, con qué va a mantener La Chingada, si es que se va para allá.
Total en el fondo saben los cuatroteros que tienen más cola al menos visible que les puedan pisar con pruebas y eso los pone nerviosos y, como ahí es un resumidero de corrupción pues muchos de los rateros de “antes” desertan y se vuelven morenos, ahí los perdonan y premian si juran lealtad al profeta como hay tantos ejemplos, los más recientes: los exgobernadores del Estado de México Alfredo del Mazo y Eruviel Ávila Villegas, el de Oaxaca, Alejandro Murat con todo y papá, o el de Chihuahua Javier Corral Jurado, entre otros.
Si eso no es corrupción, pues entonces que explique la chachalaca tabasqueña cuál es su concepto, porque seguramente, tiene otros datos. De ahí la urgencia.