Fui soldado de Raúl Padilla, el gran líder

PODER PÚBLICO

José Cruz Delgado

Al conocer el deceso del ex líder y rector de la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla López me vinieron a la mente muchos recuerdos de mi época de estudiante de secundaria, pues tuve el honor de conocerlo, fue un gran líder que con un ademán movía las masas, además gozaba de un gran intelecto, fue un hombre muy culto.

Recuerdo que en la secundaria en que estudiaba en esa ciudad de Guadalajara llegó un enviado de Raúl con una convocatoria para la elección del presidente de la mesa directiva que en ese entonces ya eran controladas por la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

Para entonces era yo jefe de mi grupo y me apresté a participar junto con otros compañeros y me apunté como candidato a la presidencia de la mesa directiva de mi escuela.

Fue aproximadamente un mes de campaña visitando todos los salones tratando de convencer al alumnado de que mi planilla era la mejor opción. El otro aspirante cuyo nombre no recuerdo, hacía lo mismo.
Teníamos todas las herramientas para la campaña que nos fueron dotadas por la FEG.

Fue una elección muy cerrada pues el otro compañero gozaba de mucha popularidad, sobre todo entre las mujeres, pero yo presenté un plan de trabajo en beneficio de la base estudiantil, asesorado por presidentes de otras escuelas con los que había entablado relación y fueron de gran utilidad pues me acompañaron en toda mi campaña y tenía el visto bueno de la FEG porque era afín a su ideología.

Cómo dije, la elección fue muy cerrada el día de la votación, uno a uno, mujeres y hombres fueron pasando a las urnas instaladas y finalmente vencí a mi compañero adversario con muy poca diferencia, todo bajo la supervisión y vigilancia de algunos miembros del Comité de la Federación, quienes estaban atentos a que las cosas no se salieran de control porque los ánimos estaban muy caldeados y podría haber violencia.

El personal docente del plantel en todo momento se mostró respetuosos del proceso, aunque también tenían su favorito, pero no lo manifestaban abiertamente.

Concluido el proceso y el conteo de votos me reconoció la Federación como el nuevo presidente de mi secundaria y mi adversario, por indicaciones de los integrantes de la FEG, fue a felicitarme y reconoció mi triunfo.
En una semana sería la toma de protesta en las instalaciones de la FEG junto a otros compañeros.

Llegado el día, junto con las y los integrantes de mi comité nos apersonamos. Había nerviosismo en el resto de los demás presidentes, recuerdo que teníamos que elegir a un orador que hablara en nombre de los presidentes entrantes, claro, yo buscaba ser el elegido, pero lo que no sabíamos es que nuestro líder Raúl Padilla ya había designado a quien iba a hablar.

Nos apartamos un poco para deliberar a quien nos fuera a representar y vinieron discusiones, hasta que se nos acercó un integrante de la Federación y nos dijo tajante que nada de discusiones, que Raúl ya tenía al elegido pero no nos dijo el nombre hasta que fuera llamado al estrado. Y fin de la discusión, fue una orden tajante.

Llegó el momento esperado y apareció nuestro gran líder junto al resto de los integrantes de la mesa directiva de la FEG, quienes fueron recibidos con largo y fuerte aplauso acompañados por el gesto de ¡Raúl! ¡Raúl! ¡Raúl!

Su discurso me llegó hasta la médula.

Después de la toma de protesta nos recibió a cada en su oficina y nos habló del trabajo que teníamos que hacer, velar por los intereses del alumnado y, sobre todo del respeto que debíamos tener para el personal docente, viendo siempre por mejorar la educación.
Por eso me pesó su muerte.
Y con orgullo lo digo: Fui un soldado de Raúl.
QEPD.

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