Jorge Hidalgo Lugo
Los “abrazos y no balazos” han sido el mejor abono para hacer germinar la delincuencia organizada en todo el país. Se defienden los derechos humanos de quien ha decidido vivir fuera de la ley, atendiendo a los victimarios, pero no a las víctimas.
Así lo puntualizó el padre Gregorio López Gerónimo, en una decálogo que denominó “de los nareco político en Tierra Calienye michoacana” que constituye una nueva embestida contra el errático gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla y no menos entreguista a los narco aliados que significa el federal a cargo de Andrés Manuel López Obrador.
Y para no dejar duda alguna de sus críticas más recientes contra el que cobra como gerente de Palacio Nacional en Michoacán, López Gerónimo expuso que “quien fuera elegido para ser el vigilante y defensor de la paz social y la integridad de todo ciudadano, hoy es el sicario y el mismo jefe de plaza quien percibe jugosas ganancias por cada desplazado y desaparecido”.
Al paso del festejo morenista donde se rindió de nueva cuenta culto a la personalidad retorcida del huésped de Palacio Nacional, el presbítero que asiste a los desplazados en la región de Apatzingán, hizo circular a través de redes sociales un documento donde precisó además que “el discurso político afirma que todos se sienten seguros en las calles, pero se refiere a los sicarios, que se mueven bajo el cobijo del Ejército y Guardia Nacional”.
A unas horas del sepelio de Hipólito Mora en La Ruana y de lo que informara en exclusiva al programa Tres a las Siete que se difunde en la radio moreliana y a través de portalhidalgo.com cuando se realizaba un enlace el día de la ejecución del fundador de las Autodefensas, fustigó la versión bedollista con que ha pretendido engañar a la opinión pública pues “afirmar que en Apatzingán todo está bajo control, pero bajo el control del grupo delincuencial, dueño de la plaza”.
Este decálogo que firma el Padre Goyo con el membrete de la asociación civil “El Buen Samaritano” consignó además que “se pide a las familias que regresen a su lugar de origen, cuando sus hogares fueron ultrajados y cercenados por las balas de los delincuentes”.
Mientras Ramírez Bedolla aportó su generosa contribución de acarreados al festín de la tiranía mediocre en el zócalo, el Padre Goyo criticó este movimiento que hoy goza del uso del poder al señalar también que “la 4T sí ha sido una TRANSFORMACION RADICAL para los expulsado de sus ranchos, pues pasaron de terratenientes a indigentes”.
En el mismo tenor, este decálogo consignó que #el gobierno federal anuncia a los pobres de tiempos del cambio, pero los miles de desplazados nunca imaginaron que iban a cambiar, pero de país”.
Sin dejar títere con cabeza, el documento referido igual tocó el tema de los narco alcaldes de Tierra Caliente, donde apuntilló que “si quieres gobernar con la delincuencia debes pactar y así lo han hecho en 72 de 113 municipios”.
En abierta alusión a Ramírez Bedolla, insistió que “quien juramentó cumplir la ley y hacerla cumplir y más aún, proclamó que se le demandara si no cumplía con ese mandato, hoy es el responsable de la debacle social y parte del problema y no de la solución social”.