Orlando Daniel Hernández
Para muchos su presencia es imperceptible, pero en su mayoría diariamente su rostro se expone en calles y principales cruceros de Morelia.
Algunos se maquillan de payasos y otros cargan en sus manos dulces o mazapanes, que ofrecen a los automovilistas.
Se trata de niños que no rebasan los 15 años y que con su trabajo diario aportan a la manutención de sus familias.
Sin embargo, se estima que gran parte de estos menores son oriundos del estado de Chiapas cuya comunidad se apoderó de un búnker por el rumbo del Estadio Morelos.
Muchos de estos pequeños, además ofertan pistaches y botellas de agua a cambio de algunas monedas.
Otros, los más pequeños son subidos a las espaldas de sus madres que no rebasan los 18 años y toman parte de una série de piruetas que con pelotas ejecutan sus mentoras.
Estás ocupan piso de la zona residencial de Camelinas.
Otros menores se desplazan por el centro de la ciudad en dónde escurridizos llevan sus dulces o pulceras ofertandolos entré quienes degustan un café o alguna bebida o comida.
