Entre las 342 especies que el Zoológico de Morelia alberga, cuenta con ocho ejemplares de antílope acuático, el cual vive en pequeñas manadas de entre cinco y 15 individuos.
El pelaje de estos animales varía desde el marrón grisáceo al rojizo. Son grandes y robustos, y llegan a medir 130 centímetros de altura y pesar hasta 270 kilogramos.
El pelo del cuello y la garganta suele ser más largo, tiene orejas cortas y redondeadas, blancas en el interior y negras en la punta.
Solo el macho posee grandes y largos cuernos que están curvados hacia delante y estriados.
Este antílope vive en gran parte del continente africano, al Sur del desierto del Sahara y por una franja ancha que se extiende por el Este hasta la República Sudafricana.
En el recinto faunístico hay dos machos, cuatro hembras y dos crías, informó el jefe de la Unidad Operativa de Atención a Mamíferos, Izmir Solís Quezada. Añadió que, frecuentemente, hay peleas entre machos y cuando esto sucede, se colocan uno frente al otro con las patas delanteras separadas y la cabeza baja hacia el suelo; durante la pelea, los antílopes, con los cuernos cruzados, presionan sus frentes e intentan aplastar la cabeza de su oponente.
Mencionó que las glándulas cutáneas del antílope acuático segregan una sustancia especial que humedece la lana y desprende un penetrante olor a cabra y que el sonido que emite es un grito sonoro, a menudo repetido, que se parece tanto a un ladrido como a un estruendo.
Indicó que, curiosamente, el nombre del antílope no coincide con su forma de vida, ya que no suele acercarse a las masas de agua con más frecuencia que otros habitantes de la sabana, aunque se lanza fácilmente a ellas cuando se ve amenazado, por lo que es un buen nadador.