Aunque la educación no fue el tema principal del segundo debate presidencial, el candidato Jorge Álvarez Máynez y la candidata Xóchitl Gálvez conectaron algunas de sus promesas en educación con los temas que se discutieron en relación a crecimiento económico, empleo e inflación, pobreza y desigualdad, infraestructura y desarrollo y desarrollo sustentable. La candidata Claudia Sheinbaum destacó que ofrecerá la beca universal para niñas y niños de escuelas públicas.
El segundo debate presidencial incluyó los temas de crecimiento económico, empleo e inflación; pobreza y desigualdad; infraestructura y desarrollo, y cambio climático y desarrollo sustentable.
La educación está estrechamente relacionada con todas estas problemáticas como factor que contribuye al desarrollo económico, la reducción de desigualdad social, la superación de la condición de pobreza, así como con la mitigación del cambio climático y sus efectos y en el desarrollo sustentable.
A lo largo del debate, el candidato Jorge Álvarez Máynez quien más veces se refirió a la educación de niñas, niños y jóvenes como propuestas para mejorar los problemas destacados en el debate, aseguró que se requiere una revolución educativa que permita la igualdad de oportunidades para que todas y todos sean parte de la prosperidad.
Algunas de sus propuestas fueron: Una inversión de 500 mil millones de pesos para el plan Nacional de infraestructura educativa para rescatar las escuelas abandonadas y reactivar la infraestructura hídrica; que las becas a estudiantes terminen un año después de que concluyan sus estudios; contar con un programa nacional de primera infancia, que ponga el acento en la igualdad de oportunidades con salud emocional, salud nutricional, salud mental y cognitiva; además de que docentes en comunicades indígenas enseñarán en sus lenguas de origen.
La candidata Xóchitl Gálvez invirtió tiempo para recordar que 1 millón 570 mil niños están fuera de la escuela, la disminución de recursos a las escuelas de tiempo completo y a las estancias infantiles en la actual administración y destacar la falta de programas en salud y educación. Y volvió a sus propuestas: una beca universal para niños y niñas en escuelas públicas y privadas de preescolar a preparatoria, la construcción de una universidad intercultural y un programa alimentario en las escuelas, entre otras.
En tanto, Claudia Sheinbaum recordó que cuando fue jefa de Gobierno en la Ciudad de México dio la beca universal para niñas y niños de escuelas públicas, mismas que llevará a todo el país para tener mejor reconocimiento a la educación. Y destacó que el programa del gobierno actual La Escuela es Nuestra sin especificar ha sumado en infraestructura sin detallar sus resultados o si continuará con el mismo.
Enfrentamos un presente cada vez más desafiante y un futuro incierto. Lograr la formación de niñas, niños, adolescentes y jóvenes para que logren insertarse a la sociedad como ciudadanos participativos, productivos, respetuosos del medio ambiente y de los derechos humanos es indispensable para que construyan proyectos de vida basados en el desarrollo de todas sus potencialidades.
La pandemia del Covid-19 dejó rezagos y brechas de aprendizaje entre distintos grupos de estudiantes que afectan más a quienes se encuentran en situación de mayor desventaja por su condición de pobreza y marginación social. En el periodo de confinamiento, que trastocó el funcionamiento de las escuelas durante prácticamente dos ciclos escolares, las y los estudiantes que cursaban educación básica, enfrentaron un escenario que les dificultó el desarrollo pleno de los aprendizajes fundamentales. Algunos de ellos se encontrarán hoy en educación media superior, otros, estarán todavía en educación primaria o secundaria, enfrentando, sin embargo, el desafío que implica avanzar en su trayecto educativo con deficiencias de aprendizaje.
Los resultados más recientes de la prueba PISA, que se aplica a estudiantes de 15 años, indican que una alta proporción solo alcanzó el nivel 2, que es el mínimo nivel esperado de competencias que se debería lograr al término de la educación básica.
En el nivel 2 se ubica el 47% de los estudiantes en comprensión lectora; el 65.8% en matemáticas y el 50.7% en ciencias. Obtener estos resultados significa que el sistema educativo mexicano no está preparando adecuadamente a niñas, niños y jóvenes para cursar estudios superiores, seguir aprendiendo a lo largo de la vida y enfrentar las situaciones que se les presentarán como adultos.
Mejorar estos resultados es un proceso largo y complejo que requiere contar con información confiable y de cobertura nacional sobre los logros de aprendizaje y los factores intra y extraescolares asociados a dichos logros. La prueba PISA aporta información valiosa; no obstante, las evaluaciones nacionales, e incluso locales, son también indispensables.
Es necesario, asimismo, contar con un sistema de indicadores relevantes sobre las condiciones en que operan las escuelas y, en general, el sistema educativo, de manera que el diseño de las intervenciones en los distintos niveles de gestión se base en las evidencias pertinentes.
Los resultados de aprendizaje no mejorarán solamente desde el ámbito de las políticas educativas. Se necesitan políticas, al menos en desarrollo social y económico, con perspectivas de género, equidad, inclusión y sustentabilidad que mejoren la calidad de vida de las familias de las y los estudiantes.
Niñas, niños y adolescentes que hoy cursan educación básica y media superior, serán adultos en 2050. Tenemos la obligación de garantizar su derecho a un mejor futuro, por lo que las decisiones que hoy tomemos en relación con su educación exigen una visión de mediano y largo plazo.